Microorganismos eficaces: la clave para los suelos y las dietas saludables en las zonas rurales de la República Democrática Popular Lao

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Los microorganismos eficaces son la clave para una alimentación y un suelo sano en las zonas rurales de Laos

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©FIDA/GMB Akash

Todas las mañanas, la Sra. Leng se levanta temprano a preparar el desayuno para su familia de nueve personas. Una vez que sus cuatro hijos más pequeños se han ido a la escuela, comienza a trabajar en su huerta. Recoge la producción del día y se va al mercado a venderla. Finalmente, regresa por la tarde a recoger algunas hortalizas más para la cena.

Aunque la Sra. Leng proviene de una familia de agricultores, no siempre trabajó con hortalizas. Sus padres se dedicaban exclusivamente al cultivo de arroz de secano, al igual que casi todas las demás familias en su aldea de Taloung-Lalao, en la provincia meridional de Salavanh. Tras casarse, su vida no cambió demasiado: su esposo también cultivaba arroz de secano, y trabajaba como asalariado en la temporada baja. Pero, como dependían de un único cultivo para su sustento, su familia —al igual que muchas otras— padecía escasez de alimentos durante tres o cuatro meses cada año.

En 2010, la Sra. Leng plantó una huerta de 60 metros cuadrados. Buscaba que su familia pudiera ahorrarse el dinero que gastaba en comprar productos frescos en el mercado y tener una dieta variada y nutritiva.

Pero no era mucho lo que crecía en el terreno duro y rojizo. Desesperada por no perder los insumos y el esfuerzo que ya había invertido, usó todos sus ahorros para comprar fertilizantes químicos.

Al principio, los fertilizantes parecieron dar resultado. Las hortalizas comenzaron a crecer. Pero con el tiempo, empezó a darse cuenta de que la tierra se ponía cada vez más dura, el agua no la penetraba y las hortalizas tenían un extraño sabor amargo.

Entonces, en 2015 llegó a Taloung-Lalao el Programa de Fomento de la Seguridad Alimentaria y Nutricional (FNML), un proyecto respaldado por el FIDA que trajo consigo un enfoque único: los microorganismos eficaces, un tipo de bacteria especialmente cultivada para acondicionar el suelo y mantener las plagas bajo control.

Los agricultores comenzaron a combinar los microorganismos suministrados por el proyecto con proporciones fijas de azúcar, melaza y residuos vegetales triturados. La mezcla se sella y se guarda, y las bacterias la transforman en un compost rico y espeso. Una vez lista, la mezcla se diluye y se aplica sobre las hortalizas u otros cultivos. Esto activa los microorganismos naturales presentes en el suelo, y mejora sus condiciones para que otras criaturas beneficiosas, como los gusanos, puedan prosperar. También es una solución basada en la naturaleza: un enfoque holístico para mejorar las condiciones locales que promueve el bienestar de las personas y el medio ambiente.

Combinando los cursos de capacitación que recibió en su granja, las visitas a otros sitios y la interacción con otros productores, la Sra. Leng aprendió con mucho interés a producir microorganismos eficaces. Gracias al apoyo del proyecto, amplió su huerta a 400 metros cuadrados, y destinó la cuarta parte de la superficie a un invernadero donde podía cultivar hortalizas orgánicas durante todo el año. El proyecto también le facilitó algunas semillas y equipos para poder comenzar.

Desde entonces, la huerta de la Sra. Leng ha prosperado.

“La calidad del suelo ha mejorado”, cuenta. “Hay más gusanos y menos plagas transmitidas por el suelo. Hay menos crecimiento de malezas, mis hortalizas crecen más rápido y el suelo se ha vuelto rico y oscuro. Ahora en mi jardín se ven mariquitas, y el drenaje ha mejorado. Lo que es más importante, ahora podemos mantener la producción por más tiempo”.

La Sra. Leng se ha transformado en una de las productoras referentes del programa. Con el apoyo de la Oficina de Distrito de Agricultura y Silvicultura, ahora su terreno es una activa comunidad de aprendizaje. Recibe visitas de otros agricultores que vienen a aprender cómo imitar su éxito, algunos incluso de otras aldeas.

En palabras de Phetsouphanh Keodouangsy, el coordinador de distrito del programa FNML: “Bien utilizados, los microorganismos eficaces pueden ser aliados de un productor, ya que aumentan los nutrientes y los rendimientos. Aunque eso puede parecer un beneficio insignificante para algunos, aquí, en las zonas rurales remotas, es fundamental. Permite mejorar la nutrición, los ingresos y la sostenibilidad de las condiciones de vida de los pequeños productores”.

De hecho, la agricultura es la principal fuente de sustento y medios de vida para los habitantes de las zonas rurales de la República Democrática Popular Lao. Pero estos recursos agrícolas también son sumamente sensibles al clima, lo que le deja al país escaso margen para adaptarse al cambio climático. Las soluciones como los microorganismos eficaces son cruciales para ayudar a los pequeños productores a aumentar su resiliencia, a la vez que mejoran la nutrición, los medios de vida y la salud del suelo.

A la fecha, más de 14 000 familias de agricultores se han beneficiado mediante el proyecto FNML. Además de los microorganismos eficaces, mediante el proyecto los agricultores han adquirido diversas tecnologías y técnicas nuevas para mejorar los cultivos que utilizan para su consumo y para la venta. Entre 2014 y 2020, muchos de los productores en las 175 aldeas que participan en el proyecto lograron duplicar su producción de hortalizas sin usar fertilizantes químicos. Con eso, el ingreso per cápita de los hogares participantes también se duplicó. En conjunto, el volumen de producción de 10 de los 12 cultivos más comunes de la zona aumentó, en un momento en que el volumen y el rendimiento de los mismos cultivos en las aldeas no participantes aumentó menos o incluso disminuyó.

La Sra. Leng enumera con orgullo qué cultivos produce: coles chinas, lechugas, cilantro, puerros, ajíes, berenjenas, frijoles de espárrago, pepinos y glorias de la mañana. Su familia se alimenta bien, y le queda más que suficiente para vender en los mercados locales y del distrito, donde es conocida por la calidad y la seguridad de sus hortalizas orgánicas. Además, hace conservas con parte de los excedentes. La época en que su familia pasaba una parte del año sin suficiente alimento es un recuerdo lejano.

“Ahora, podemos respirar la frescura de las hortalizas”, cuenta. “Cuando usábamos fertilizantes químicos y pesticidas, no podíamos olerla; todo lo contrario. Y podemos vender nuestra producción durante todo el año a buenos precios, aun en la estación de lluvias”.

 

 

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