Nuevos horizontes para el Grupo de Jóvenes de Ingobor

IFAD Asset Request Portlet

Publicador de contenidos

Nuevos horizontes para el Grupo de Jóvenes de Ingobor

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

Nuestra serie sobre África Oriental y Meridional está dedicada a los logros de cinco agronegocios encabezados por jóvenes en los condados de Nakuru y Kilifi de Kenya. Todos han alcanzado logros notables, y nos han dejado lecciones valiosas sobre el desarrollo rural que podemos incorporar a otros proyectos. Todos los grupos en esta serie cuentan con el apoyo de Vijabiz, un proyecto financiado por el FIDA que busca empoderar a los jóvenes brindándoles asesoramiento y fomentando el espíritu emprendedor en el sector de los agronegocios.

 

El Grupo de Jóvenes Ingobor fue constituido en 2016 por 20 chóferes jóvenes de autobuses en el condado de Nakuru, en Kenya. Cuando se dieron cuenta de que el sector del transporte no ofrecía demasiadas oportunidades de ganar dinero, decidieron combinar sus recursos e invertir parte de sus ganancias en un emprendimiento agrícola. Tras probar suerte brevemente en el sector de la producción de cultivos, incursionaron en la comercialización de productos lácteos, que compraban a los productores locales para venderlos al público.

El desafío fue más complejo de lo que esperaban. Como no tenían capacitación formal en las tareas cotidianas relacionadas con la conducción de una empresa, les costó salir adelante. Tampoco tenían presencia en Internet ni ninguna estrategia comercial digital, lo que les dificultó conseguir clientes por medios virtuales. Su tienda física también estaba en un lugar de difícil acceso. Además, la mala calidad de las redes viales de acceso les impedía llegar con facilidad a los agricultores. En circunstancias como estas, sus márgenes de utilidad eran bajos.

Pero en 2019, todo comenzó a cambiar.

 

Vijabiz al rescate

En agosto de 2019, y en el marco del programa Vijabiz, se difundió un llamado en varias redes sociales y en la prensa escrita y radial para recibir solicitudes para participar en un programa de donaciones dirigido a grupos de jóvenes que quisieran impulsar emprendimientos comerciales. Las empresas que no cumplieran los requisitos para recibir una donación igualmente podrían recibir sesiones de tutoría que las ayudaran a aumentar la escala de sus operaciones.

Cuando los jóvenes de Ingobor se enteraron de la oportunidad, enviaron su solicitud sin demora. Aunque no fueron seleccionados para recibir la donación, sí ingresaron al programa de tutorías. Dos veces por mes, recibían capacitación específica para el sector de los lácteos, con énfasis en la comercialización digital, el mantenimiento de registros y el uso de estrategias idóneas para los agronegocios encabezados por jóvenes.

 

Ingobor cobra impulso

Actualmente, gracias a la capacitación que recibieron, Ingobor ha prosperado.

Tras realizar un estudio de mercado, pudieron relocalizar su tienda física a un lugar ideal por la circulación de clientes (la estación de autobuses de Matatu). Este emplazamiento estratégico, aunado al establecimiento de su presencia en Internet, les ha permitido aumentar enormemente su visibilidad e incrementar sus márgenes de utilidad.

Gracias al aumento en la escala de sus operaciones, han logrado crear empleos y generar ingresos adicionales. Están abocados a crear canales adicionales para otros pequeños productores (como los ganaderos y los transportistas y distribuidores de leche) a lo largo de toda la cadena de valor, a fin de aumentar su volumen de ventas y ayudarlos a mejorar sus medios de vida.

 

Lo que podemos aprender de Ingobor

Desde el punto de vista del desarrollo, esta iniciativa nos da mucho para pensar.

En primer lugar, el ejemplo de Ingobor demuestra que es posible que personas y agrupaciones logren pasar de empleos mal remunerados en el sector de los servicios a establecer agronegocios. Con el apoyo del FIDA, lograron invertir en la cadena de valor de los productos lácteos —así como ampliar la escala de sus operaciones comerciales, crear empleos y generar ingresos— pese a que sus actividades en el sector del transporte les habían dejado muy poco dinero para invertir. Esto también demuestra que la producción de lácteos es clave como vehículo de generación de ingresos.

En segundo lugar, las inversiones del FIDA en la comercialización digital permitieron al grupo establecer una huella digital. Hoy pueden comercializar y vender su leche mediante diversas plataformas de redes sociales. Lo que más importante, la adopción de estas soluciones digitales también los ha ayudado a enfrentarse a la pandemia de la COVID-19. Hoy, sus clientes pueden solicitar productos lácteos a través de Internet y recibirlos en sus hogares, lo que reduce el riesgo de transmisión del virus debido a contactos cercanos.

Además, la capacitación en materia de estrategias comerciales también contribuyó al éxito de Ingobor. Gracias a las habilidades que adquirieron, el grupo pudo poner en práctica varias estrategias, como realizar estudios de mercado y relocalizar su negocio. La capacitación en materia de mantenimiento de registros dotó al grupo con las destrezas prácticas necesarias para evaluar el desempeño de su negocio, lo que les permite ser más eficaces a la hora de adoptar decisiones que fomenten el progreso de la empresa.

Por último, la naturaleza multimodal del proyecto Vijabiz —es decir, su mecanismo de donaciones y sus componentes de incubación de empresas y tutorías— fue clave para el éxito del Grupo de Jóvenes de Ingobor. Por ejemplo, si el proyecto hubiera estado limitado a la concesión de donaciones, Ingobor nunca habría recibido el apoyo que necesitaba. Esto demuestra que los paquetes integrados de servicios permiten a las empresas emergentes obtener mejores resultados que los servicios fragmentados.

 

 

Haga clic aquí para escuchar las voces de los miembros del Grupo de Jóvenes de Ingobor.

Más información sobre la labor del FIDA en Kenya.