La biodiversidad de nuestro planeta está disminuyendo. He aquí cinco iniciativas ejecutadas por el FIDA y las comunidades rurales para protegerla

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La biodiversidad de nuestro planeta está disminuyendo. He aquí cinco iniciativas ejecutadas por el FIDA y las comunidades rurales para protegerla

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©FIDA/Francesco Cabras

El término biodiversidad hace referencia a la vertiginosa variedad de especies que existen en la Tierra. Esta diversidad sostiene todos los beneficios fundamentales que obtenemos de la naturaleza: desde el aire puro hasta los alimentos nutritivos; desde nuestra capacidad para regular el clima hasta las estrategias que empleamos para aumentar la resiliencia frente a los efectos más perjudiciales del cambio climático.

Sin embargo, en los últimos 150 años, la biodiversidad del planeta ha ido disminuyendo. En la actualidad, un millón de especies vegetales y animales están en riesgo de extinción, e innumerables ecosistemas se encuentran al borde del colapso. Esto supone un riesgo enorme para los sistemas alimentarios, las economías y el bienestar de las personas, así como para la salud de nuestro planeta.

Por eso, la biodiversidad se está integrando de manera sistemática en las operaciones del FIDA gracias a la nueva Estrategia de Biodiversidad. A continuación, se exponen cinco maneras en las que el Fondo está ayudando a los productores en pequeña escala a implantar prácticas agroecológicas y conservar la valiosa biodiversidad del planeta.

  1. Promoción de la agroecología para obtener alimentos que respeten la biodiversidad

Si bien la agricultura es una de las principales causantes de la pérdida de biodiversidad, también forma parte de la solución. Las pequeñas explotaciones agrícolas son ya de por sí más biodiversas que aquellas de mayor tamaño. Gracias al empleo de un conjunto de prácticas denominado agroecología, los campesinos producen más, con menos. De ese modo, enriquecen sus recursos naturales y fomentan la biodiversidad. Esto permite obtener suelos más ricos, alimentos de mejor calidad y dietas más variadas.

En la India, el Proyecto de Mitigación de los Efectos de las Sequías en Andhra Pradesh ayudó a los campesinos a gestionar mejor sus recursos hídricos y a mejorar el suelo y la flora autóctona a través de sistemas de cultivo más diversos que requerían menos agua. Más de tres cuartas partes de los hogares que participaron en el proyecto comenzaron a llevar dietas más variadas, al tiempo que el cultivo de hortalizas durante las estaciones secas les permitió incrementar sus ingresos.

En Burkina Faso, los métodos tradicionales, como el cultivo de árboles en hoyos poco profundos que canalizan el agua hacia los lugares que lo necesitan y el uso de materia orgánica para acondicionar las tierras, están contribuyendo a frenar la desertificación.

Brotes de mangle se abren paso a través de la tierra. Este tipo de iniciativas de replantación son esenciales para rehabilitar las zonas costeras del Senegal y desarrollar los medios de vida de las aldeas locales. ©FIDA/Ibrahima Kebe Diallo

 

  1. Aprovechamiento de la simbiosis entre las comunidades rurales y sus ecosistemas

La protección del entorno por parte de las comunidades rurales les permite, a su vez, beneficiarse del ecosistema: más alimentos, mejores medios de vida y protección frente a las inundaciones, las sequías y otros graves efectos del cambio climático.

El FIDA ayuda a estas comunidades a determinar y gestionar de manera eficaz los recursos naturales. En Nepal, en el marco del Proyecto de Adaptación Orientada a los Pequeños Agricultores en las Zonas Montañosas, se brinda formación a grupos comunitarios para que elaboren planes de acción dirigidos a gestionar las cuencas hidrográficas y a conservar los bosques, para lo que se combinan los datos obtenidos por satélite con los conocimientos locales.

En Eritrea, Gambia y el Senegal, los habitantes del medio rural están replantando los manglares situados al borde del mar. De ese modo, protegen la vida marina que depende de los manglares y, al mismo tiempo, refuerzan las zonas costeras frente a las tormentas y la erosión.

Gracias al apoyo del FIDA, este tipo de cooperativas disponen de los recursos y certificados necesarios para procesar las frutas y hortalizas locales y distribuirlas a todo el mundo. ©FIDA/Lianne Milton/Panos

 

  1. Comercialización de alimentos y productos agrícolas variados

Los productores en pequeña escala y los pueblos indígenas tienden a cultivar alimentos más variados que las explotaciones a gran escala, y a menudo cultivan especies marginadas e infrautilizadas. Si comercializan sus productos de manera eficaz, pueden aumentar sus ingresos, al tiempo que sus clientes consiguen acceder a alimentos de mejor calidad y participar en la conservación de las costumbres alimentarias tradicionales.

Los campesinos que participan en el Proyecto de Desarrollo Rural Sostenible en la Región Semiárida de Bahía (Proyecto a favor del Semiárido), ejecutado en el Brasil, han desarrollado nuevas formas de procesar una serie de frutas autóctonas nutritivas como el umbu y el burití y de venderlas al mundo, para lo que también han establecido sistemas de certificación que facilitan la comercialización de estas nutritivas frutas de alta calidad.

El diseño de políticas adecuadas a todos los niveles de gobierno es fundamentales para conservar y restablecer la biodiversidad. ©FIDA/Susan Beccio

 

  1. Colaboración con las autoridades para proteger la biodiversidad

El FIDA ayuda a las comunidades rurales y a las autoridades de todos los niveles a elaborar y aplicar políticas que protejan los medios de vida y conserven los ecosistemas.

El Proyecto de Adaptación al Cambio Climático en el Delta del Río Mekong (AMD), ejecutado en Viet Nam, introdujo el uso de sistemas digitales para que los campesinos pudieran hacer un seguimiento de la salinidad del agua, algo fundamental para evitar la pérdida de los cultivos. Este tipo de tecnologías integran la mitigación del cambio climático en los sistemas de financiación rural y planificación del desarrollo a nivel provincial.

En 2019, el FIDA brindó asesoramiento para la modificación de la legislación en materia de pastos de Tayikistán, a fin de orientar acerca de la conservación de los pastizales y contribuir a la adaptación al cambio climático.

Cuando el Gobierno de Guatemala implantó la ley por la que se obligaba a garantizar el acceso de todos los niños en edad escolar a una alimentación nutritiva, el FIDA ayudó a introducir en el programa la chaya, una hortaliza de hoja verde cultivada principalmente por mujeres indígenas.

En Bangladesh, las cooperativas del Proyecto de Mejora de la Infraestructura y los Medios de Vida en las Haor sacaron partido a una política gubernamental que permitía a los pescadores alquilar y gestionar los cuerpos de agua ubicados en la cuenca de las haor. No solo aumentaron los rendimientos, sino que una serie de estudios demostraron que la biodiversidad era mayor en las zonas de ejecución del proyecto que en las demás.

IEl apoyo prestado por el FIDA contribuye a que a las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas tomen las riendas en materia de agroecología. ©FIDA/Irshad Khan 

 

  1. Empoderamiento de las comunidades clave para conservar la biodiversidad

A pesar de dedicarse a la agricultura en la misma medida que los hombres, a menudo las mujeres quedan al margen en los procesos de adopción de decisiones. Sin embargo, con el apoyo del FIDA, las mujeres están tomando las riendas en materia de agroecología.

Los pueblos indígenas conocen en profundidad los ecosistemas, y sus sistemas alimentarios se fundamentan en prácticas sostenibles. El Fondo de Apoyo a los Pueblos Indígenas del FIDA los ayuda a acceder a financiación para el clima y a tomar la iniciativa en lo referente a las medidas de conservación.

Gracias a este fondo, en Guyana los ancianos wapichanos están enseñando a los jóvenes a aplicar técnicas agrícolas y de forraje sostenibles, lo que les permite conservar al mismo tiempo su rico patrimonio cultural y su entorno natural.

Los jóvenes son los custodios del futuro, y el FIDA colabora estrechamente con ellos para desarrollar medios de vida rurales que protejan la biodiversidad. En el Sudán, el FIDA financió la capacitación brindada a 747 graduados, la mayoría de ellos mujeres, para que prestaran servicios de asesoramiento técnico en materia de agroecología a sus comunidades.

 

 

Somos conscientes de que la biodiversidad es fundamental para lograr un planeta saludable y asegurar el bienestar de todas las personas. A medida que nos esforzamos por ayudar a los productores en pequeña escala de todo el mundo, seguiremos dándoles las herramientas necesarias para crear un futuro sostenible.

 

Obtenga más información sobre el informe Biodiversity Advantage.

Conozca la manera en que el FIDA da una importancia central a la agroecología en sus operaciones.