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Premios del FIDA sobre cuestiones de género 2021: cinco proyectos respaldados por el FIDA que transforman el papel que desempeñan las mujeres en las comunidades rurales

02 marzo 2022

Para lograr economías equitativas, prósperas y dinámicas en el medio rural, con ecosistemas cuidados y duraderos y donde sus habitantes estén libres de la pobreza y el hambre, necesitamos nada menos que una transformación estructural.

Esto significa garantizar que las mujeres y los hombres de las zonas rurales tengan las mismas oportunidades de participar y beneficiarse de las actividades económicas, así como una presencia e influencia equitativa en las instituciones y organizaciones locales, y una participación igualitaria tanto en el propio trabajo como en sus beneficios económicos y sociales.

El FIDA pretende ayudar a las comunidades de todo el mundo a lograr esta transformación de la perspectiva de género a través de nuestra política sobre igualdad de género y los proyectos que respaldamos. Todos los años brindamos reconocimiento a un proyecto de cada una de nuestras regiones que empodera a las mujeres y niñas del medio rural. En lo sucesivo, presentamos a los ganadores de nuestros premios sobre cuestiones de género en 2021.

Asia y el Pacífico

Varias mujeres del grupo TIKLOS preparan rellenong bangus (chanos rellenos), un popular plato filipino.

El Proyecto de Desarrollo de la Pesca, los Recursos Costeros y los Medios de Vida (FishCORAL) amplía las oportunidades de las mujeres en Filipinas para que pongan en marcha sus propios negocios en el sector de la pesca.

Anteriormente, los hombres realizaban la mayor parte del trabajo en las comunidades pesqueras. En la actualidad, gracias al proyecto, toda la comunidad reconoce las ventajas de que las mujeres participen en las actividades económicas y tomen pleno partido en la toma de decisiones. De hecho, dos tercios de las nuevas iniciativas encaminadas a fomentar los medios de vida que se han llevado a cabo en el marco del proyecto han sido ejecutadas por mujeres.

Sandra Gani, una de las coordinadoras regionales del proyecto, declara que “gracias a él han tenido la verdadera oportunidad de generar impacto en su sociedad”, y añade que “no solo se trata de que las mujeres participen en diferentes actividades, sino de proporcionarles una plataforma para que dirijan y gestionen una organización; esto demuestra que tienen capacidad de liderazgo”.

África Oriental y Meridional

Priscila Njoki Muiga, de 71 años, comprueba si un racimo de bananas está listo para ser recolectado en su huerto en Gathinga (condado de Nyeri).

El personal encargado del Proyecto para la Gestión de los Recursos Naturales de la Cuenca Alta del Río Tana (UTaNRMP) en Kenya considera que el empoderamiento de las personas a nivel de los hogares es una de las mejores maneras de fomentar la igualdad de género.

En el marco del proyecto, se utiliza el Sistema de Aprendizaje Activo de Género (GALS), un conjunto de actividades y debates que alientan a las mujeres y los hombres a reflexionar juntos sobre las normas sociales y cómo estas influyen en sus medios de vida.

Los beneficiarios de las comunidades participantes declaran que ahora los cónyuges acostumbran a tomar las decisiones importantes del hogar conjuntamente, y los recursos se distribuyen de forma más equitativa en el seno de las familias. Es más, ahora las mujeres desempeñan más de la mitad de las funciones de liderazgo en las actividades financiadas por la comunidad.

Ayub Mukuria, que participó en el proyecto con su esposa, Meru County, señala que no le fue fácil adaptarse al GALS, pero se ha dado cuenta de que han obtenido grandes logros desde que lo aceptaron como una pareja joven.

América Latina y el Caribe

Varias participantes en una clase de cocina organizada en el marco del Proyecto de Desarrollo Sostenible de las Familias Rurales en el Corredor Seco de Nicaragua (NICAVIDA) preparan una receta que acaban de aprender.

Desde hace demasiado tiempo, las mujeres del Corredor Seco de Nicaragua han venido trabajando durante muchas horas a cambio de escaso reconocimiento y remuneración. Ahora, gracias al proyecto NICAVIDA, las mujeres ocupan un lugar central en los esfuerzos encaminados a fomentar la resiliencia en la región.

Este proyecto ha contribuido a organizar diversos talleres y pasantías en los que los participantes, la mayoría mujeres, han adquirido las competencias necesarias para establecer negocios agrarios y utilizar la tecnología para adaptar sus prácticas agrícolas a los efectos del cambio climático. Otros cursos de capacitación se han centrado en actividades relacionadas con el agroturismo y en prevenir la violencia de género.

Gracias a la organización de ferias comunitarias y conferencias de negocios y al establecimiento de redes locales de comercialización, el proyecto también ha ayudado a estas emprendedoras a encontrar nuevas formas de promover y divulgar sus productos.

En la actualidad, sus negocios prosperan. Ahora las mujeres de la región negocian activamente con los proveedores y compradores, y la labor que realizan reviste una importancia crucial en la mejora de los medios de vida de sus familias y la creación de economías locales resilientes y sostenibles.

Cercano Oriente, África del Norte, Europa y Asia Central

Imen no solo es una empresaria formidable, sino que es la primera mujer que se dedica a la cría de camellos en toda África del Norte.

“Soy ambiciosa por naturaleza, quiero probar nuevas ideas, pero cuando no dispones de medios financieros, no puedes llevar muy lejos esas ideas”, dice Imen Rezgui.

El Proyecto de Desarrollo Agropastoral y de las Cadenas de Valor Conexas en la Gobernación de Médenine (PRODEFIL) en Túnez facilita el acceso de mujeres como Imen a préstamos y otros productos financieros, ayudándolas a emprender actividades económicas. También acerca a mujeres y hombres para dar un giro al discurso sobre los roles de género tradicionales.

Hoy Imen es propietaria de un próspero negocio de cría de camellos, y muchas otras mujeres que participan en el proyecto han podido emprender o ampliar pequeños negocios por cuenta propia. Dado que hasta hace poco, los hombres y las mujeres no interactuaban en absoluto en transacciones comerciales debido a importantes trabas sociales, se trata, sin duda, de grandes hitos.

África Occidental y Central

Varias miembros de la cooperativa de mujeres Tuduu Wada en Kontagora (estado de Níger) observan complacidas una máquina despedregadora que les ha sido facilitada en el marco del Programa de Desarrollo de las Cadenas de Valor.

En Nigeria, el Programa de Desarrollo de las Cadenas de Valor (VCDP) ha posibilitado que miles de mujeres de las zonas rurales se conviertan en emprendedoras de éxito especializadas en la producción y el procesamiento de arroz.

Esto pudo conseguirse, por un lado, estableciendo y reforzando grupos de mujeres y vinculándolos con asociados del sector privado y, por otro, ofreciendo clases de alfabetización financiera y gestión de empresas.

Sin embargo, antes de que las mujeres pudieran realmente emprender sus negocios, necesitaban tierras, y para conseguirlas, precisaban de la aprobación de los hombres en sus comunidades. En asociación con los líderes comunitarios y representantes del Gobiernos, los grupos de mujeres aplicaron la metodología del GALS para involucrar mediante el diálogo a los hombres, en especial a los líderes religiosos y tradicionales. Por fin, los hombres les ofrecieron su apoyo.

“El programa me ha cambiado la vida y mi familia se ha beneficiado inmensamente”, afirma Roseline Amadi, una empresaria del estado de Ebonyi. “Ahora me dedico a la agricultura comercial, cuento con personas que trabajan para mí como asalariadas y mi familia tiene acceso a alimentos frescos y diversos”.