Informe anual 2020: El FIDA, intensificando su lucha contra el hambre, la pobreza y la exclusión, consigue beneficiar a 123 millones de habitantes pobres del medio rural

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Informe anual 2020: El FIDA, intensificando su lucha contra el hambre, la pobreza y la exclusión, consigue beneficiar a 123 millones de habitantes pobres del medio rural

©FIDA/ Bernard Kalu

Roma, 29 de julio de 2021 - Mientras la pandemia de COVID-19 hacía estragos en todo el mundo, sumiendo a millones de personas en el hambre y la pobreza, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas redobló su apoyo a las personas más vulnerables y marginadas, según el Informe Anual 2020 del FIDA, publicado hoy. 

Gracias a sus 203 proyectos en curso y a una financiación total de 7.500 millones de dólares, en 2020 el FIDA estuvo en condiciones de prestar asistencia a 123 millones de personas.

“A pesar de los desafíos afrontados en 2020, seguimos convencidos de que es posible alcanzar el objetivo de lograr un mundo sin pobreza ni hambre.”, declaró el Presidente del FIDA, Gilbert F. Houngbo. “Los esfuerzos destinados a aumentar la resiliencia de las poblaciones rurales no solo implican ampliar la escala de las inversiones, sino que también requieren ir un paso más allá para beneficiar a las personas más propensas a quedarse atrás, con el fin de las mujeres y hombres de las zonas rurales que reciben apoyo del FIDA estén mejor preparados para superar los desafíos imperantes”.

Cuando los efectos de la pandemia amenazaron con echar por tierra años de avances en el desarrollo, perturbar los sistemas alimentarios y provocar una “pandemia de hambre” secundaria, los equipos del FIDA en los países comenzaron a colaborar inmediatamente con los Gobiernos para adaptar los proyectos en curso a fin de que las poblaciones rurales pudieran mantener sus actividades generadoras de ingresos y no se vieran obligadas a vender sus escasos activos.

En abril de 2020, el FIDA puso en marcha el Mecanismo de Estímulo para la Población Rural Pobre (RPSF) con el apoyo de su Junta Ejecutiva y de algunos Estados Miembros, como Alemania y el Canadá, que realizaron contribuciones con ese fin. El Mecanismo de Estímulo ha ayudado a la población rural a conservar sus medios de vida en este difícil período y a preservar el abastecimiento de alimentos. Cuando las cadenas de suministro y el transporte sufrieron interrupciones, los pequeños agricultores recibieron semillas, fertilizantes y otras ayudas para seguir plantando y produciendo. Además, se incrementó el apoyo prestado a los servicios digitales, como la comercialización y el dinero electrónicos.

En 2020, el FIDA intensificó su labor con grupos especialmente marginados, como las mujeres, los jóvenes, las personas con discapacidad y los pueblos indígenas. Se iniciaron nuevas actividades comunitaria, y los participantes en la quinta reunión mundial del Foro de los Pueblos Indígenas se decuplicaron.

En el informe anual se describe la forma en que el FIDA está renovando su estructura financiera para estar en condiciones de aumentar sus inversiones y beneficiar a más personas del medio rural, gestionando al mismo tiempo los riesgos. En 2020, el FIDA obtuvo la calificación crediticia AA+ de Fitch y Standard and Poor's, lo que mejoró las oportunidades para movilizar más recursos. La descentralización en curso, en virtud de la cual un tercio del personal del FIDA trabaja ahora sobre el terreno, significa que el FIDA puede intensificar las asociaciones y la actuación normativa y mejorar los resultados al estar más cerca de sus beneficiarios.

Tras ponerse en marcha la Duodécima Reposición de los Recursos del FIDA (FIDA12) en febrero de 2020, el Fondo recibió de sus Estados Miembros un volumen récord de compromisos de fondos con el objetivo de duplicar su impacto para 2030. Gracias a un programa de trabajo de al menos 11 000 millones de dólares para el período 2022-2024, el FIDA espera aumentar los ingresos de 83 millones de personas en un 20 % como mínimo. En los nuevos programas se prestará más atención a los efectos del cambio climático y a la resiliencia (Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala ampliado, o ASAP+) y se potenciarán nuevas inversiones del sector privado (Programa de Participación del Sector Privado en la Financiación, o PSFP). 

El FIDA invierte para obtener resultados sostenibles a largo plazo y aborda las causas profundas del hambre, la pobreza y la marginación. Además, trabaja exclusivamente en las zonas rurales, donde viven las tres cuartas partes de las personas más pobres y hambrientas del planeta. El FIDA está aportando su experiencia a los preparativos de la próxima Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios y ya se ha puesto manos a la obra para planificar cómo ayudar a reconstruir para mejorar después de la pandemia, garantizando que los sistemas alimentarios funcionen para las personas que trabajan en ellos, especialmente los pequeños agricultores que cultivan un tercio de los alimentos del mundo.

Nota para el editor:

El Informe anual 2020 del FIDA es un informe digital para una era virtual que, con videos y relatos, muestra los rostros y las historias personales que están detrás de los números. Consúltelo aquí

 

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Comunicado de prensa No.: FIDA/46/2021

El FIDA invierte en la población rural y, al empoderar a estas personas, las ayuda a reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y fortalecer su resiliencia. Desde 1978, hemos destinado USD 23 200 millones en donaciones y préstamos a bajo interés a proyectos que han permitido llegar a alrededor de 518 millones de personas. El FIDA es una institución financiera internacional y un organismo especializado de las Naciones Unidas con sede en Roma, donde se encuentra el mecanismo central de las Naciones Unidas para el sector de la alimentación y la agricultura.