Seis formas de transformar las comunidades rurales que han demostrado ser eficaces

Cuando se habla de transformar comunidades rurales, sabemos lo que da resultado. El FIDA lleva más de 40 años colaborando con las personas que viven en las zonas rurales y ayudándolas a erradicar la pobreza, a conservar los entornos en que viven y a forjar sociedades prósperas, todo ello a la vez que alimentan al mundo.

La medición del impacto de los proyectos que empezaron durante la Undécima Reposición de los Recursos del FIDA (la FIDA11, que concluyó en 2021) nos ha permitido extraer enseñanzas para que la labor que desarrollemos en el marco de la FIDA13 sea un éxito.

1. La clave es la comercialización

Cuando los pequeños productores venden sus productos a mayor escala, pueden obtener mayores ingresos, ahorrar más e invertir en sus negocios.

Ante dificultades como el cambio climático, que pueden plantear obstáculos para la venta de la producción, los proyectos del FIDA ayudan a los productores a superarlas. En Bangladesh, los mercados y las carreteras resilientes al cambio climático contribuyeron a que las ventas de cultivos aumentaran un 70 %, incluso en época de monzones.

En vista de las previsiones que sitúan el incremento del producto interno bruto (PIB) de los países menos adelantados del mundo en el 1,7 % este año, el crecimiento económico supone aún mayores oportunidades para que los productores locales aumenten sus beneficios.

2. Balance final

La forma más rápida de transformar las comunidades rurales es aumentar los ingresos procedentes de actividades del medio rural, objetivo que debería ocupar un lugar central en todos los proyectos.

En Tayikistán, los ingresos anuales que obtenían los participantes de los proyectos del FIDA aumentaron un 19 % gracias a que todas las actividades —desde la gestión de los pastizales hasta el establecimiento de puntos de recogida de agua fiables— se centraban en este objetivo primordial.

Distintos productores de Nepal, en lugar de consagrar su trabajo a productos de menor valor, se centraron en un conjunto reducido de productos de alto valor seleccionados por expertos del FIDA, como el jengibre, las hortalizas de fuera de temporada y la carne caprina. ¿Cuál fue el resultado? Sus ingresos aumentaron el 50 %.

3. La resiliencia es crucial

Resiliencia significa capacidad de recuperación tras las perturbaciones, y es más importante que nunca, dado que las perturbaciones ambientales y climáticas son cada vez más frecuentes.

En Etiopía, con los sistemas de riego modernos, los agricultores ahora pueden cultivar alimentos y obtener ingresos todo el año. Gracias a un aumento de los ingresos del 23 % en la temporada seca y del 77 % en la temporada húmeda, no se vieron obligados a malvender recursos para salir adelante en momentos difíciles.

4. Eficacia y sostenibilidad

Las intervenciones sostenibles siguen siendo fructíferas incluso después de que el proyecto concluya.

En el Senegal, las organizaciones de productores recibieron subvenciones que las ayudaron a diversificar sus cultivos y a obtener mayores ingresos. Cuando las organizaciones llegaban a ser sostenibles desde el punto de vista financiero, las subvenciones se iban reduciendo gradualmente. Los participantes no reciben apoyo desde la finalización del proyecto, hace cinco años , pero siguen recogiendo sus frutos.

5. Desarrollo en favor de las comunidades rurales e impulsado por ellas

Para que el desarrollo rural resulte eficaz, tiene que estar dirigido por las propias comunidades rurales. Aunque los expertos del FIDA cuenten con soluciones, estas solo funcionarán si se adaptan a las culturas locales y se comunican de manera eficaz.

Por eso el Fondo da prioridad al desarrollo impulsado por las comunidades. Por ejemplo, las comunidades locales en México contribuyeron a diseñar varias iniciativas, adaptándolas a los contextos locales. En el estado de Campeche, conocida por sus frondosos bosques, las comunidades locales optaron por gestionarlos de forma sostenible para poder beneficiarse de los productos agroforestales y el ecoturismo. Ahora tanto los bosques como los ingresos derivados de estos crecen.

6. Empoderamiento de las mujeres, empoderamiento de las comunidades

Si se hace adecuadamente, el desarrollo rural puede empoderar a las mujeres. Ahora bien, para saber si se está produciendo este efecto, tenemos que hacer un seguimiento de los indicadores relativos al género en nuestros proyectos.

En Indonesia las mujeres se agruparon para elaborar productos pesqueros y así su participación en el sector aumentó un 27 %. Por su parte, en el marco del Programa de Comercialización de Productos Lácteos de Pequeños Productores en Kenya era nueve veces más probable que en los hogares participantes fuese una mujer la que se ocupase de las finanzas de la familia.

En ambos casos, las mujeres recibieron los instrumentos que les permitían lograr el empoderamiento económico, lo cual no solo resulta fundamental para que ejerzan sus derechos y para lograr la igualdad de género, sino también para cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Para muchísimas personas del medio rural, su participación en los proyectos del FIDA les ha permitido mejorar sus vidas y les ha abierto las puertas a un futuro más próspero. Con la Decimotercera Reposición de los Recursos del FIDA (FIDA13) ya en curso, estamos decididos a seguir aprendiendo para que las comunidades más vulnerables del mundo puedan lograr un futuro prometedor, además de resiliente.

 

Para obtener más información, consulte la publicación Lograr la transformación rural. Resultados y lecciones de las evaluaciones de impacto del FIDA (solo disponible en inglés).

Fecha de publicación: 30 marzo 2023