Soy papa, no papá: Fortalecer la innovación para empoderar a los productores de papa en los Andes

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Soy papa, no papá: Fortalecer la innovación para empoderar a los productores de papa en los Andes

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

©IFAD/Pablo Corral Vega

El mundo se enfrenta a una mayor demanda de alimentos debido al crecimiento de la población, los cambios alimenticios y la disponibilidad de recursos agrícolas. Como resultado, es imprescindible ser más eficientes y mejorar la productividad en el campo. Para lograrlo, se deben abordar dos problemas latentes en el sector agrícola: la falta de agua y los efectos del cambio climático.

La situación se agrava aún más cuando los productores agrícolas no cuentan con el apoyo necesario para enfrentar estas dificultades. Muchos de ellos tienen un limitado acceso a tecnologías apropiadas y a los mercados. Precisamente, ese es el caso de los productores de papa de Bolivia, Ecuador y Perú, que tienen en este tubérculo su principal fuente de ingresos y alimentación.

En dicho contexto, en diciembre de 2015, el FIDA y el Centro Internacional de la Papa (CIP) suscribieron un acuerdo para la ejecución del proyecto FIDA-CIP Andes “Fortalecimiento de la innovación para mejorar los ingresos, la seguridad alimentaria y la resiliencia de productores de papa en Bolivia, Ecuador y Perú”, con el objetivo de mejorar el ingreso, la seguridad alimentaria y la resiliencia al cambio climático de familias de agricultores de escasos recursos cuyos sistemas de cultivo están basados en la producción de papa (variedades nativas y mejoradas).

La historia de Gaby Quispe de Patacamaya en Bolivia es representativa e ilustra de forma sencilla, pero acertada, cómo lograr la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres rurales mediante el uso de tecnologías climáticamente inteligentes en la producción de papa.

Gaby Quispe, una historia de cambio

Gaby Quispe es de la comunidad de Yanahauira, que pertenece a la comunidad de Chiarumani en Bolivia. Gaby es una joven que trabaja en el campo como productora de papa porque su marido, quien pertenece a otra comunidad, tiene que salir a trabajar fuera.

potato grower in Peru

©CIP 2018/Miguel Angel Gonzáles

Gaby forma parte de una organización de productores de Chiarumani, Bolivia, que promovió su participación en las actividades de capacitación del proyecto FIDA-CIP Andes. Gaby acudió a pasantías y se convirtió en la responsable de transferir sus conocimientos con otros productores de la comunidad, en particular, con otras mujeres.

Mediante el proyecto se logró crear oportunidades para mujeres que, como Gaby, no participan en actividades de capacitación en la agricultura. Desde el 2016, fecha en la que se inició el proyecto, Gaby ha logrado desenvolverse mejor y expresar sus sentimientos y capacidades. A raíz de su contribución en el proyecto, ella recuperó la confianza y cumplió su sueño: mejorar su producción para hacer de ella su medio de vida.

Cuando era más joven, sus padres le enseñaron a sembrar y seleccionar la papa. Esta costumbre se transmitía de padres a hijos. Por ello, para Gaby era importante participar en el proyecto y aprender el manejo integral del cultivo y las prácticas adecuadas.

Antes, nunca me había puesto a pensar que la forma en que seleccionaba las semillas jugaba en contra de mis propios rendimientos, y por eso aprender a hacer una selección positiva para mejorar la calidad de la semilla fue muy importante para mí”, dijo Gaby emocionada. 

Tampoco se imaginaba que las feromonas de las polillas hembras ayudan a atrapar a las polillas machos y evitan que afecten sus silos de papa. Ahora tiene planes para mejorar sus silos y usar esta nueva técnica de almacenamiento con mayor efectividad.

La joven productora también admitió que no creía que se pudiera obtener papa a partir de brotes y, aun cuando Patacamaya está a una altitud en la cual el uso de esta técnica no suele prosperar, consiguió obtener unas papas pequeñas. Para ella fue importante aprender cómo hacerlo. Por eso, nunca faltó a las sesiones en las Escuelas de Campo de Agricultores, en las que aprendió cómo manejar el cultivo a lo largo de todo su ciclo vegetativo.

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©IFAD/Pablo Corral Vega 

Gaby ilustró su historia con un nombre singular “Soy papa, no papá”, porque su vida y la de su comunidad dependen del cultivo de ese tubérculo, de lograr obtener buena productividad al menor costo, con el menor riesgo de su salud y conseguir buenos precios en el mercado. Valoró el intercambio de experiencias que tuvo con otros productores, lo que le permitió identificar innovaciones productivas y comerciales en la producción de papa y sabe cómo transmitir lo aprendido con sus vecinos.

Aprendí la selección de semillas; antes escogíamos por escoger. Ahora elegimos mejor la semilla. Antes daba 15 sacos de papa/1 saco de semilla, ahora obtengo 25 sacos de papa/1 saco de semilla. Gasto menos en semilla.”

Gracias al proyecto FIDA-CIP Andes alrededor de 12 000 familias en situación de pobreza se beneficiaron de forma directa y unas 3 000 familias de manera indirecta.

 

Más información, leer el informe completo: Soy papa, no papá: Historias de cambios destacables del proyecto “Fortalecimiento de la innovación para mejorar los ingresos, la seguridad alimentaria y la resiliencia de productores de papa en Bolivia, Ecuador y Perú