La primera mujer criadora de camellos en África del Norte: la historia de Imen

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La primera mujer criadora de camellos en África del Norte: la historia de Imen

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En Ben Gardane, una pequeña localidad situada en las amplias extensiones desérticas de El Ouara, una región del extremo sudoriental de Túnez, a pocos kilómetros de la frontera con Libia. El clima es extremadamente árido y hostil y la principal fuente de ingresos es la cría de ovejas y cabras. Esa es una de las zonas objetivo del Proyecto de Desarrollo Agropastoral y de las Cadenas de Valor Conexas en la Gobernación de Médenine (PRODEFIL), cofinanciado por el FIDA y la Unión Europea que ayuda a los sistemas agropastorales de Túnez a aumentar su capacidad de recuperación y crear oportunidades para los jóvenes de las zonas rurales como Imen.

Imen Rezgui es una joven , miembro activo de la sociedad civil de Ben Gardane, en particular de la Asociación de Comerciantes de Ben Gardane que se dedica principalmente a la lucha contra el extremismo violento. Como tantos jóvenes tunecinos, se esforzó por encontrar un trabajo remunerado. A la edad de 31 años, cinco años después de obtener el título de ingeniera agroeconomista, seguía sin encontrar empleo. Al morir su padre en un accidente, pocos meses después de graduarse, se vio obligada a quedarse en casa para cuidar de su madre y sus cuatro hermanos, también graduados en educación superior y desempleados.

Todo empezó a cambiar en 2019, cuando Imen descubrió la iniciativa Fondo de Apoyo a Promotores de Proyectos, financiada en el marco del Proyecto de Desarrollo Agropastoral y de las Cadenas de Valor Conexas en la Gobernación de Médenine y dirigida principalmente a jóvenes graduados, mujeres y organizaciones profesionales. Imen presentó un proyecto sobre el engorde de pequeños camellos que aceptó la comisión regional de asignación de proyectos del Programa de Acción Piloto del Programa Europeo de Vecindad relativo a la Agricultura y el Desarrollo Rural (PAP-ENPARD) el 20 de febrero de 2019. Aportó parte de su propio dinero inicial con un préstamo bancario y apoyo familiar, y el fondo apoyó con el resto.

Tradicionalmente, la cría de camellos es una ocupación exclusivamente masculina. De hecho, el día en que su propuesta fue aceptada, Imen se convirtió en la primera mujer criadora de camellos no sólo en Túnez, sino en todo África del Norte. Por lo tanto, ¿cómo una mujer joven sin experiencia en este ámbito logró tener éxito? Muy simple, Imen era decidida y tenaz. Había visto que una vecina se ganaba la vida muy bien haciendo este trabajo y se preguntó: ¿por qué yo no?

Desde un principio, Imen afrontó múltiples dificultades en el camino. Los camellos árabes son animales muy sensibles que sufren estrés por cualquier cambio, y su tamaño dificulta su manejo. La falta de alimento adecuado en la región y la ausencia de formación y salvaguardias veterinarias, sin embargo, Imen se negó a desalentarse. Cuando necesitaba información, la buscaba en Internet, cuando no podía darles a sus animalitos exactamente lo que necesitaban, recurría al vínculo emocional, el cual había establecido con ellos perfectamente.

Además, en el marco del Proyecto de Desarrollo Agropastoral y de las Cadenas de Valor Conexas en la Gobernación de Médenine se contrató a un especialista en el comportamiento de los camellos para brindar apoyo técnico y formar a Imen a través de visitas mensuales. La atención sanitaria corrió a cargo del veterinario de la Comisión Regional para el Desarrollo Agrícola (CRDA) de la delegación, aunque fue insuficiente. La Agrupación de Desarrollo Agrícola de El Ouara, a través de su asesoramiento y sus conocimientos locales, también ayudó a Imen a resolver algunas de las limitaciones existentes. La limitación ligada a la disponibilidad de alimentos específicos se resolvió finalmente adquiriendo un concentrado de buena calidad dirigido, en un principio, al ganado lechero.

El período de engorde comenzó en octubre de 2019. Después de seis meses, el peso de sus camellos pasó de ser 85-120 kilos a 150-300 kilos, un resultado conforme a los datos aportados por el Instituto de las Regiones Áridas (IRA) (ficha técnica y económica correspondiente al engorde de pequeños camellos). Solo le llevo una semana comercializar sus camellos, en parte porque anunciaba la venta en Facebook. Al venderlos, demostró ser una mujer de negocios con gran capacidad: obtuvo un muy buen precio promedio de 2.100 dinares (unos 765 dólares de los EE.UU.) por camello.

El resultado final fue positivo porque Imen pudo asegurarse su sueldo y el de miembros de su familia que fueron contratados para ayudarla. También fue capaz de reservar un presupuesto suficiente para comprar los camellos necesarios para una segunda ronda de engorde. El verdadero beneficio, en opinión de Imen, es la experiencia adquirida en esta esfera. 

Motivada por su reciente éxito, y con el capital que obtuvo en la primera ronda de engorde, está lista para continuar su aventura. Junto con su hermano, que acaba de recibir un microcrédito de una organización local, montará una nueva instalación de engorde para entre 40 pequeños camellos. Además, tiene previsto construir un establo adecuado y adquirir el equipo correspondiente.

Los logros de Imen son ahora reconocidos tanto en su ciudad natal como en toda la región. Vecinos, otros jóvenes e incluso otros criadores de camellos le piden ahora consejo. En señal de gratitud, y en reconocimiento del Día Nacional de la Mujer en Túnez, ha sido recientemente condecorada por el Ministro de Agricultura y la Unión Tunecina de la Agricultura y la Pesca (UTAP) como como la mejor ganadera de Médenine. Imen sigue siendo miembro de la asociación de minoristas de Benguerdane

Como una de las primeras criadoras de camellos de su región, ha dado a conocer a innumerables personas esta práctica, que era casi desconocida en El Ouara. Desde entonces, otros dos jóvenes empresarios imitaron a Imen y presentaron al Proyecto de Desarrollo Agropastoral y de las Cadenas de Valor Conexas en la Gobernación de Médenine proyectos similares sobre el engorde de pequeños camellos, que la comisión regional ha aprobado recientemente.

Pero, sea o no consciente de ello, sus acciones tienen consecuencias mucho más profundas. Contra todo pronóstico, ha cambiado de opinión en un ambiente conservador. Ella es la prueba positiva de que una mujer puede tener éxito en un campo tradicionalmente masculino y que cualquiera con el tipo de coraje y determinación que ella demuestra puede llegar lejos.

Más información sobre la labor del FIDA en Túnez.