El sol es la insólita solución al problema hídrico del medio rural en la India

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El sol es la insólita solución al problema hídrico del medio rural en la India

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
© Radhika Chalasani

El acceso al agua salubre y el saneamiento es un derecho humano y un Objetivo de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, con el horizonte de 2030 cada vez más cerca, una de cada cuatro personas en todo el mundo sigue sin disponer de agua apta para el consumo, y se estima que alrededor de 1,4 millones de personas fallecen todos los años debido a prácticas de higiene inadecuadas y a la mala calidad del agua y el saneamiento.

Se trata de un problema que afecta al medio rural: 8 de cada 10 personas que carecen de servicios básicos de suministro de agua potable viven en zonas rurales. No obstante, incluso en las zonas más remotas del mundo, se puede obtener agua limpia y salubre si se cuenta con la tecnología y la infraestructura adecuadas.

El efecto dominó del agua insalubre

La localidad de Kadalidihi, en el estado oriental de Odisha (India), se encuentra en lo alto de una colina, lejos de la comodidad de las instalaciones modernas. Al no disponer de un estanque ni de un pozo, las 47 familias que viven en la localidad acudían a un pequeño arroyo para lavarse, ir al baño, lavar a su ganado y recoger agua potable.

El uso excesivo de este limitado recurso hídrico trajo consigo enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, lo que a su vez supuso que la población no pudiera obtener ingresos para salir adelante y mantener a sus familias.

Las mujeres son las más afectadas

Antes de que se ejecutara el proyecto, los habitantes de la localidad recogían agua potable de un arroyo cercano. © Prabin Kumar Patra

Como suele ocurrir, las mujeres se vieron afectadas de forma desproporcionada. Algunas sufrieron trastornos ginecológicos debido al agua sucia, y el estigma social que conllevaba ir al servicio a plena luz del día hacía que las jóvenes se vieran obligadas a esperar a que atardeciese para hacer sus necesidades.

Además, las mujeres de Kadalidihi tenían que levantarse temprano por las mañanas para ir a buscar agua para sus familias antes de ir a faenar en el campo y, nada más terminar de trabajar, repetir el mismo proceso por la tarde. Esta rutina les dejaba muy poco tiempo para dedicarse a otras actividades.

Ya sale el sol

Los habitantes de Kadalidihi sabían que algo tenía que cambiar; ¿cómo podían abastecer de suficiente agua limpia a toda una localidad situada en lo alto de una colina?  

La respuesta llegó cuando los miembros del proyecto OPELIP, financiado por el FIDA, aunaron fuerzas con la comunidad local para instalar sistemas de agua alimentados con energía solar.

Estos sistemas reducen las emisiones de los sistemas que funcionan con diésel y solventan el problema del agotamiento de los recursos hídricos al bombear agua de capas freáticas profundas por debajo del nivel del suelo, incluso cuando no se dispone de electricidad.

Varias mujeres en Kadalidihi recogiendo agua potable limpia. © Prabin Kumar Patra

Actualmente, la población de Kadalidihi padece menos enfermedades transmitidas por el agua.

Al contar con un punto de abastecimiento de agua limpia fiable y cercano, ahora las mujeres pueden pasar más tiempo con sus familias y dedicarse a otras actividades que generan ingresos. Además, ya no se ven expuestas a los peligros de lavarse en público, ya que pueden recoger agua con facilidad para asearse en casa.

“Estamos muy contentas porque ahora tenemos agua limpia a la puerta de casa, podemos lavarnos con frecuencia y ponernos ropa limpia, e incluso utilizamos las aguas residuales para regar los huertos domésticos y cultivar hortalizas”, dice Suka Dehury.

Una misma solución para todos

Al sur de Kadalidihi, otra comunidad enfrentó los mismos problemas. Hubo un tiempo en que los 31 hogares de Parsali utilizaron el mismo pozo entubado para obtener agua no apta para el consumo, con lo que el suministro enseguida escaseó.

A raíz de ello, surgieron enfermedades transmitidas por el agua y crecientes tensiones entre los distintos grupos sociales de la localidad, en especial durante los meses de verano, cuando los niveles de agua disminuían en gran medida.

Para mediar en el conflicto que se estaba incubando, las autoridades gubernamentales y las ONG se reunieron con la población local. Se tomó la decisión unánime de construir dos pozos entubados alimentados con energía solar, lo que ha permitido que todos los grupos accedan en igualdad de condiciones y con los mismos derechos de uso a los recursos hídricos. De esta forma, las posibilidades de que estalle un conflicto se han reducido y la comunidad ha recuperado la salud y la tranquilidad.

Ahora el Gobierno nacional está ampliando el proyecto en todo el estado y pretende dar acceso a agua salubre a 250 000 personas de comunidades tribales vulnerables.