Tras el terremoto en Türkiye, la población del medio rural necesita más apoyo que nunca

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Tras el terremoto en Türkiye, la población del medio rural necesita más apoyo que nunca

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Edificios derrumbados en el noroeste de la ciudad de Osmaniye (Türkiye) © Airbus DS 2023

Las desgarradoras imágenes de la devastación causada por dos terremotos de gran intensidad que asolaron el sur de Türkiye y el noroeste de la República Árabe Siria en febrero son difíciles de olvidar. En cuestión de minutos, barrios enteros quedaron reducidos a escombros y solo en Türkiye murieron más de 50 000 personas. A día de hoy se calcula que alrededor de 1,6 millones de personas se alojan en viviendas temporales. La tragedia humana es inconcebible.

La mayoría de las imágenes que se retransmitieron sobre las devastadoras consecuencias se centraban en las ciudades y los núcleos urbanos, pero las personas vulnerables de las zonas rurales de Türkiye también están sufriendo. Un elevado número de comunidades agropecuarias ha perdido sus hogares y medios de subsistencia, y también muchos participantes del FIDA.

Las pérdidas que ha sufrido el medio rural tienen consecuencias graves para la seguridad alimentaria y los medios de vida en las zonas afectadas por la catástrofe y en muchas otras partes. La contribución de la región afectada al producto interno bruto (PIB) turco asciende al 9,8 % y alrededor del 17 % de las tierras agrícolas del país se encuentran en las 11 provincias afectadas por el terremoto, lo que supone un tremendo golpe para los agricultores en pequeña escala y otros trabajadores del sector agropecuario.

Además, preocupa que los agricultores puedan verse obligados a abandonar sus regiones en busca de lugares más seguros y dejen de cultivar, lo que, a su vez, podría incrementar los precios de los alimentos en el país en un momento en que la población ya está teniendo dificultades para hacer frente al vertiginoso aumento del costo de la vida.

De entre los proyectos del FIDA que se han visto más gravemente afectados cabe destacar el Programa de Desarrollo Rural en las Tierras Altas (URDP), que se inició en 2017 para mejorar las oportunidades económicas y aumentar la resiliencia de los productores en pequeña escala integrándolos en grupos económicos rentables. Tras el terremoto, los participantes del programa necesitan inversiones cuantiosas para poder retomar sus vidas y alcanzar sus objetivos de desarrollo.

Ante la catástrofe, el FIDA y el Gobierno de Türkiye decidieron reasignar parte de los fondos del programa para prestar apoyo sin demora a más de 200 de las familias más afectadas. El apoyo que reciben las ayudará a sacar adelante sus actividades ganaderas al poner a su disposición establos para sus ovejas, depósitos para suministrar agua a sus familias y el ganado y sistemas de energía solar portátiles para el abastecimiento de electricidad. En adelante, nuestro equipo en el país seguirá respaldando las solicitudes de fondos y las iniciativas coordinadas para prestar ayuda a corto plazo sin comprometer el logro de los objetivos de desarrollo a mediano y largo plazo en el sector agropecuario.

No obstante, se necesita mucho más apoyo. La cadena de suministro de insumos agrícolas ha sufrido alteraciones en todas las provincias afectadas debido a los daños en la infraestructura de comercios y almacenes. Muchos cobertizos para el ganado han quedado destruidos, y los ganaderos necesitan establos, pienso y asistencia veterinaria para sus animales. Dado que también han perdido equipos agrícolas, algunas administraciones locales están estableciendo zonas comunitarias donde pueden intercambiar maquinaria. Al ir subiendo la temperatura y amainando las lluvias, los productores necesitarán ayuda para reparar los sistemas de riego dañados, ya que sus medios de vida dependen de ello.

Recuperar los medios de vida agrícolas y rurales es una prioridad máxima. Las poblaciones rurales turcas ponen todo su empeño en la reconstrucción y el FIDA trabaja con ellas sin descanso para evaluar cómo adaptar nuestros proyectos con miras a lograr una recuperación sostenible y no dejar a nadie atrás.