Tres formas en que el FIDA puede apoyar la agricultura digital en la región de Asia y el Pacífico

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Tres formas en que el FIDA puede apoyar la agricultura digital en la región de Asia y el Pacífico

Tiempo estimado de lectura: 6 minutos

En los últimos 20 años, la posesión de teléfonos móviles y smartphones y la cobertura de banda ancha han ido aumentando de forma constante en las zonas rurales de Asia. En consecuencia, los agricultores y las agroempresas cada vez están haciendo un mayor uso de nuevas tecnologías como las aplicaciones financieras y de comercio digital, y las opciones de pago por telefonía móvil. No obstante, aún persisten numerosas limitaciones sistémicas que obstaculizan la adopción y aplicación de esas tecnologías, como la falta de financiación para las empresas emergentes; las dificultades de coordinación entre dichas empresas, los inversores y los Gobiernos; y el escaso o nulo apoyo prestado en materia de políticas para el uso compartido de las infraestructuras asociadas a la cobertura de banda ancha. Por consiguiente, el apoyo de los donantes sigue siendo fundamental para lograr resultados positivos a favor de los productores en pequeña escala de las zonas rurales.

El compromiso del FIDA de promover la agricultura digital en la región de Asia y el Pacífico se remonta muchos años atrás. Una parte esencial de esta iniciativa es la colaboración de larga data entre el Fondo y Grow Asia, una organización que se dedica a ayudar a los productores en pequeña escala de la región a mejorar su productividad y aumentar sus ingresos de manera sostenible.

En el marco de esa colaboración, el FIDA encargó recientemente un informe a Grow Asia a fin de analizar la manera en que las tecnologías digitales están reconfigurando la agricultura en la región y poner de relieve la forma en que las decisiones estratégicas del FIDA podrían acelerar la adopción de dichas tecnologías. En el informe se destacan algunas de las importantes contribuciones ya realizadas por el FIDA y Grow Asia, y se presentan una serie de medidas que adoptar de cara a su futura labor.

  1. Provisión de financiación inicial a las empresas emergentes.

A pesar del revuelo en torno a la agricultura digital, la realidad es que este sector sigue recibiendo una financiación de capital-riesgo limitada. No obstante, esto también implica que hasta las cantidades pequeñas de financiación pueden lograr resultados impresionantes —sobre todo si la financiación está estrechamente relacionada con efectos directos favorables para los productores en pequeña escala que emplean estas tecnologías. Si bien el riesgo de fracaso siempre está ahí (como ocurre con todo tipo de empresas emergentes), es posible aportar, al mismo tiempo, un valor y una cobertura de los riesgos considerables con una cartera de inversiones diversificada.

A modo de ejemplo, el FIDA colaboró recientemente con la Helvetas/Red de Creación de Capacidad para las Cadenas de Valor en el marco del Reto Agrotecnológico para Asia, una oportunidad en la que programadores de aplicaciones de apoyo agrícola compitieron por un premio económico. Del mismo modo, Grow Asia ha organizado también hackathons y desafíos de innovación. Este tipo de eventos suponen una forma magnífica de respaldar a las empresas emergentes del sector agrotecnológico en sus etapas iniciales.

  1. Sensibilización sobre el uso de estas tecnologías y ampliación de las oportunidades conexas.

Muchas empresas emergentes ligadas al sector de la agricultura digital también experimentan problemas de acceso y visibilidad. Por ejemplo, a pesar de que en el mercado hay una gran cantidad de inversores que estarían dispuestos a respaldarlas, estas empresas emergentes están simplemente fuera de su radar.  Los Gobiernos también suelen desconocer la existencia de tecnologías que podrían mejorar sus servicios de extensión, e incluso los que están al tanto carecen de las capacidades internas necesarias para implantarlas. Además, a menudo no se dispone de información relevante sobre los propios productores en pequeña escala y los desafíos específicos que afrontan. Tener más información sobre esos productores y sus necesidades permitiría que las empresas, los Gobiernos y los donantes llevaran a cabo intervenciones más focalizadas para mejorar la productividad, los medios de vida y la sostenibilidad de los productores.

A fin de solventar esos problemas de conectividad, deberíamos acelerar nuestras intervenciones para ayudar a las empresas emergentes a llegar a los actores fundamentales pertinentes. Las conferencias, los concursos de ideas, las exhibiciones y la elaboración de informes constituyen formas simples y de bajo costo para crear redes, promover asociaciones y facilitar el intercambio de información.

Asimismo, también podemos suplir la escasez de datos sobre los productores en pequeña escala si permitimos que sean los propios productores quienes recopilen y compartan esa información a través de iniciativas como las actividades de capacitación, la alfabetización digital y la provisión del equipo necesario. Los agentes gubernamentales de extensión agrícola también podrían participar en esos esfuerzos. Especialmente, esto permitiría empoderar a los productores para que decidan cómo y con quién compartir sus datos.

  1. Participación en iniciativas que aboguen por políticas más favorables a las soluciones digitales.

Muchas de las políticas en vigor obstaculizan inadvertidamente el desarrollo de las soluciones agrícolas digitales. Por ejemplo, la legislación sobre el conocimiento del cliente puede suponer un obstáculo para los servicios de pago electrónicos. Este tipo de políticas son más que una simple molestia: por ejemplo, cuantas más dificultades experimenten los prestamistas digitales a la hora de registrar a sus clientes, menos préstamos se concederán a productores en pequeña escala.  Del mismo modo, la legislación sobre la privacidad de los datos puede impedir que las empresas emergentes y otras agroempresas ofrezcan servicios eficaces de almacenamiento en la nube. Además, no todos los Gobiernos están adoptando de manera proactiva la agricultura digital, a pesar de que hacerlo sería beneficioso para sus productores en pequeña escala, o incluso cuando existe la posibilidad de que se conviertan en usuarios pioneros de referencia —y, por tanto, clientes iniciales de referencia— de tecnologías prometedoras como la concesión de préstamos digitales, los pagos digitales y los servicios de extensión y asesoramiento a los productores.

El FIDA ya ha encargado una investigación empírica a Grow Asia, que tendrá por objeto concienciar a los Gobiernos sobre la manera en que las políticas favorables a los pagos digitales pueden beneficiar a los productores más vulnerables. A modo de ejemplo, el informe elaborado a través de esta investigación pone de relieve las necesidades digitales de los productores en pequeña escala y la forma en que actualmente usan la tecnología. Esperamos que las constataciones del informe ayuden a las agroempresas y a los Gobiernos a diseñar nuevas tecnologías que satisfagan las necesidades y las preferencias de los productores.

No obstante, aún hay un amplio margen de mejora en lo que respecta a los esfuerzos desplegados en esta esfera. Por ejemplo, los estudios de caso y las notas de orientaciones sobre políticas pueden servir como referencias de gran valor para ayudar a los Gobiernos a promulgar políticas más eficaces. Además, el FIDA podría impulsar la adopción de esas políticas sufragando el costo de la adopción de las tecnologías relativas a la agricultura digital por parte de los Gobiernos, tal vez primero a modo de prueba.

Incluso a medida que se van haciendo realidad ese tipo de iniciativas, el FIDA y Grow Asia siguen en busca de nuevas oportunidades. Por ejemplo, ambos organismos están actualmente estudiando propuestas de colaboración con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Asuntos Rurales de la República de Corea en torno al uso de las soluciones digitales para respaldar el empoderamiento económico de los productores en pequeña escala.

El informe completo está disponible aquí.

Puede consultar un resumen de la labor que se realiza actualmente en la región de Asia y el Pacífico en materia de agricultura digital aquí.

Abdelkarim Sma es Economista Regional Principal en la División de Asia y el Pacífico del FIDA.

Paul Voutier es Asesor Superior en Cuestiones de Innovación en Grow Asia.