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Mantener las tradiciones culturales en Tonga

Garantizar los medios de vida artesanales mediante el desarrollo impulsado por la comunidad

04 marzo 2021

Un viejo proverbio tongano dice que un pueblo próspero vive unido, trabaja unido y se ayuda mutuamente. Esto es especialmente cierto en el caso de la artesanía, una parte integrante de la cultura tradicional tongana.

Durante milenios, las mujeres tonganas han transmitido de generación en generación el arte de tejer y el ngatu (fabricación de tejidos con corteza de morera). Ellas cultivan, recogen y preparan los recursos naturales necesarios para confeccionar estos productos artesanales, que luego elaboran en cabañas comunales de tejedoras.

Las esteras, las cestas y los ngatu que se fabrican en estas cabañas se regalan tradicionalmente para conmemorar nacimientos, matrimonios y defunciones. Son un símbolo de estatus social y a menudo forman parte de las herencias más preciadas de una familia. Algunas mujeres también fabrican estos objetos artesanales para venderlos, lo cual, en muchos casos, supone una importante contribución a los ingresos del hogar.

©FIDA/ Todd M. Henry

El FIDA está comprometido con la salvaguarda de la identidad social de las comunidades de Tonga y con el fortalecimiento de la sostenibilidad de la artesanía como importante medio de vida y aspecto fundamental del anga fakatonga, es decir, el modo de vida tongano. Para plasmar este sentido de solidaridad y responsabilidad social, el FIDA diseñó la segunda fase del Proyecto de Innovación Rural de Tonga.

El FIDA cuenta con una larga trayectoria de apoyo a proyectos de desarrollo impulsados por la comunidad, ayudando a las personas a tomar colectivamente el control de las decisiones de planificación. Con el apoyo del FIDA, MORDI Tonga Trust, la organización local encargada de ejecutar la fase II del Proyecto de Innovación Rural de Tonga, está organizando sesiones de planificación y formación en 122 comunidades rurales de las 36 islas habitadas del archipiélago, a fin de capacitar a los residentes locales para que definan y lleven a cabo sus objetivos de desarrollo. No es de extrañar que las mujeres hayan señalado la necesidad de mejorar los espacios de trabajo compartidos para su labor artesanal como una de las principales prioridades de desarrollo.

En colaboración con el FIDA y el Programa de Asistencia de Nueva Zelandia, MORDI Tonga Trust está desarrollando infraestructuras resilientes al cambio climático y reforzando los medios de vida sostenibles mediante la reconstrucción o construcción de locales comunitarios polivalentes. Además de funcionar como cómodos espacios de trabajo, estos locales pueden resistir ciclones tropicales de categoría 5, por lo que brindan un refugio seguro a la comunidad local. Por su parte, los tejados recogen la escorrentía del agua de lluvia en tanques de agua, que permiten disponer de una fuente de agua potable limpia que comparten las comunidades durante los períodos de sequía.

‘Eua es una de las 36 islas habitadas de Tonga y alberga a unas 5 000 personas repartidas en 15 comunidades, cada una con su propio local. Las mujeres que se presentan en las siguientes fotografías utilizan los locales comunitarios para muchos fines, pero sobre todo como espacio de trabajo donde se reúnen para elaborar los productos artesanales que son tan importantes para sus valores sociales tradicionales y su sustento.

Olive confecciona tejidos ngatu en la comunidad de Angaha, en 'Eua. ©FIDA/ Todd M. Henry

Olive Kata, como muchas mujeres de las pequeñas comunidades de 'Eua y de toda Tonga, dedica gran parte de su tiempo a confeccionar piezas de tela que se utilizarán para hacer ngatu. A través de la escuela de campo para agricultores de la fase II del Proyecto de Innovación Rural de Tonga, que está en marcha en la isla, Olive y otras mujeres están aprendiendo métodos de producción sostenible de la mano de agentes de extensión agrícola para asegurarse de que las moreras y otros recursos naturales que necesitan para confeccionar sus productos artesanales sigan floreciendo.

El proceso de fabricación de tejidos requiere tiempo, habilidad y mucha paciencia. “Tengo unas cuantas moreras en mi jardín”, explica Olive. “Corto las ramas del árbol cuando tienen dos o tres años y las dejo secar un par de días al sol. Luego quito la capa de corteza externa de las ramas para llegar a la suave capa de la corteza interior. La extraigo de la rama y la pongo en remojo en agua durante toda la noche. Al día siguiente, está lista para usarse”.

Olive se une a una orquesta de mujeres de toda la isla que golpean rítmicamente la suave corteza interior de color crema con un ike, o mazo de madera, hasta convertirla en trozos finos como el papel. Cada mujer de su grupo de trabajo aporta un número predeterminado de paños y, juntas, pegan los numerosos trozos con una pasta natural hecha de raíz de yuca para montar una gran extensión de ngatu.

'Alavina (izquierda) se une a Linalose (centro) y Hauloto (derecha) para pintar diseños kupesi en el ngatu en el local comunitario de Fata’ulua.

Cada pieza de ngatu es única, porque está hecha completamente a mano. Dependiendo de la calidad de la artesanía, las piezas más grandes, que pueden medir hasta 50x100 pies (15x30 metros), pueden venderse por USD 1 500 o más.

‘Alavina Siale se reúne con otras mujeres, y ocasionalmente con algún hombre, en el local comunitario de Fata'ulua para montar y decorar su ngatu con diseños tradicionales kupesi, como hojas, animales y figuras geométricas.

“Utilizamos colores negros y marrones que obtenemos de cortezas de árbol, tierra y raíces”, dice 'Alavina. “Tradicionalmente utilizábamos raíz de mangle para teñir, “pero en la actualidad utilizamos el barro de los alrededores de las raíces”. La escuela de campo para agricultores está ayudando a los isleños a proteger los manglares, que sirven de barrera protectora contra los ciclones, y a mantener la producción de las otras plantas que utilizan para hacer tintes.

Loisi teje una falda tradicional de Tonga con hojas de pandano en el local comunitario de Mu'a ©FIDA/ Bob Baber

El tejido de esteras y tapetes es otra antigua artesanía de gran importancia en la cultura tongana. Los tonganos las utilizan para diversos fines en su vida cotidiana, desde colchas y alfombras hasta la ta'ovala que llevan alrededor de la cintura como accesorio formal. Estos artículos tejidos son a menudo las posesiones más preciadas de los hogares tonganos, que se transmiten de generación en generación.

La mayoría de los días, Loisi Kaafi se reúne con un pequeño grupo de mujeres en el local comunitario de Mu'a. “Nos ayudamos mutuamente a tejer y pasamos los días juntas trabajando y charlando”, dice.

La confección de las esteras requiere mucho tiempo y una gran habilidad. Se tejen con hojas de pandano, que crece de forma silvestre. Antes de empezar a tejer, se necesitan varios días para preparar las espinosas hojas del pandano.

“Tardo varios días en tejer una estera grande, pero el tejido fino de una fala puede llevar semanas”, explica Loisi. Dependiendo del tamaño, el tipo de trenzado y la calidad, un producto tejido se vende entre unos pocos dólares y bastante más de 1 000 dólares.

A medida que el cambio climático afecta a la producción agrícola por el aumento de la frecuencia e intensidad de las sequías y los ciclones tropicales, los hogares dependen cada vez más del dinero obtenido con el tejido. El pandano es una planta autóctona de las islas tropicales del Pacífico, de la que crecen varias especies en las zonas costeras de las islas, aunque últimamente escasea. El proyecto trabaja con los isleños para mantener una producción sostenible de cultivos de fibra, incluido el pandano, para preservar las especies locales.


Sela teje una cesta tradicional kato'alu tongana en el recientemente renovado local comunitario de Petani, en ' Eua.  ©IFAD/ Bob Baber

El kato'alu es una cesta ceremonial trenzada que se dice que es originaria de la isla de 'Eua. Hoy en día, Sela Fifita es una de las pocas mujeres que todavía conocen el largo y minucioso proceso de producción y las complejas técnicas necesarias para tejerlo. Comienza por recoger y preparar cuidadosamente las raíces de la planta de aluminio, relativamente rara y de crecimiento lento. En la actualidad, la planta de aluminio solo se encuentra en la isla de 'Eua, ya que los bosques primarios han desaparecido en todo el archipiélago.

Los conocimientos especializados para tejer el kato'alu están desapareciendo rápidamente de Tonga, quizá por la continua pérdida de interés en las formas tradicionales entre los jóvenes. La hija de Sela, Teotora (Deborah), de nueve años, se queda con ella en el local durante las vacaciones escolares o se reúne con ella después de clase los días de escuela. Aunque se toma un tiempo para jugar con los demás niños, también está aprendiendo a tejer estas cestas de la mano de Sela, lo que da esperanzas de que esta artesanía de gran valor cultural sobreviva al menos durante otra generación.

 

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