When they came home: Migration and responses to COVID-19 in India

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De regreso al hogar: migración y respuesta ante la COVID-19 en la India

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos

©FIDA/Susan Beccio

Mientras la mayor parte del mundo se encuentra bajo refugio debido a la pandemia de COVID-19, la Organización Internacional del Trabajo estima que alrededor de 2 700 millones de personas, es decir, el 81 % de la fuerza de trabajo mundial, se ven afectadas por el cierre total o parcial de los lugares de trabajo. Los gobiernos se apresuran a mitigar el dolor económico resultante, que amenaza con sumir a 49 millones de personas en todo el mundo en la pobreza extrema y exacerbar el hambre mundial. Los trabajadores del sector informal son los más afectados y los migrantes son especialmente vulnerables. El 30 % de los 450 millones de migrantes de la India trabajan en el sector informal y no son una excepción.

Cuando el Gobierno de la India anunció el confinamiento nacional, muchos trabajadores migrantes decidieron viajar de vuelta a sus hogares, abrumados por la incertidumbre y la confusión a medida que disminuían sus ingresos. Esperaban que al regresar a sus aldeas de origen tendrían acceso a comidas regulares, ingresos agrícolas y programas de protección social y, al mismo tiempo, que ahorrarían en gastos como el alquiler mensual. Además de suscitar preocupaciones por la propagación del patógeno a las zonas rurales de la India, este éxodo repentino de las ciudades también creó una emergencia diferente, en la que todos los niveles de gobierno tuvieron que apresurarse a aislar de manera segura y humanitaria tanto a los migrantes que regresaban a sus hogares como a los que quedaban atrapados.

A pesar de que se habilitaron casas de acogida y campamentos de socorro para apoyar a los casi 10 millones de migrantes atrapados por todo el país, muchos de ellos consiguieron regresar a sus aldeas, aunque muchas comunidades no estaban del todo preparadas para recibirlos. En este punto es donde las instituciones comunitarias locales pasaron a un primer plano. Desde hacer frente al temor de infección de los habitantes locales y conciliar las necesidades de salud pública con el deseo comprensible de los familiares de estar juntos, hasta trabajar con las administraciones locales para establecer disposiciones cómodas y compatibles con las normas relativas a la COVID-19 para el alojamiento y la manutención de los migrantes que regresaban, las instituciones comunitarias locales han desempeñado un papel decisivo en la definición de la respuesta a la pandemia en el tramo final del recorrido.

Se están difundiendo por toda la India historias de cómo estas instituciones, creadas por y para los pobres, han dado un paso adelante para atender a los migrantes en apuros que regresan a sus lugares de origen. En algunas de las zonas más remotas del país, donde el FIDA colabora con el Gobierno para mejorar la vida y los medios de vida rurales, este apoyo no se ha limitado a una única actividad.

Así por ejemplo, en Jharkhand, los grupos de autoayuda que se formaron como parte del Proyecto de Fomento de los Medios de Vida y Empoderamiento de las Poblaciones Tribales en Jharkhand, apoyado por el FIDA, han estado trabajando con los gram panchayats (gobiernos locales) para preparar centros de cuarentena, como también es el caso de la vecina Odisha. En Odisha, el personal y los beneficiarios del proyecto están distribuyendo alimentos cocinados a las poblaciones vulnerables, como las mujeres embarazadas, los pobres y los migrantes en cuarentena. En Maharashtra, los grupos de autoayuda afiliados a Mahila Arthik Vikas Mahamandal, corporación asociada del FIDA en la ejecución del programa Tejaswini, están apoyando el plan Shiv bhojan thali del gobierno estatal para suministrar platos precocinados a los migrantes y a los jornaleros que lo necesiten. En Nagaland, los beneficiarios y los principales agricultores de otro proyecto apoyado por el FIDA, el Proyecto de Promoción de Sistemas Agrícolas Resilientes a los Efectos del Cambio Climático en las Tierras Altas del Nordeste, están organizando cocinas comunitarias. Mientras tanto, los colectivos de apoyo a los medios de vida en Uttarakhand (que forman parte del Proyecto de Apoyo Integrado a los Medios de Vida) no solo están cocinando para los migrantes, sino que también están evaluando sus necesidades y ayudándoles a acceder a diversos programas gubernamentales. Ello incluye la recogida de artículos de primera necesidad entre sus miembros y su distribución a los migrantes necesitados, una práctica que también se ha observado en Odisha.

Estas instituciones también están promoviendo la sensibilización mediante campañas de información y educación. Por ejemplo, los especialistas de la comunidad que participan en un proyecto apoyado por el FIDA en Odisha han sido fundamentales para sensibilizar sobre la salud, la higiene y el distanciamiento interpersonal, en estrecha colaboración con los profesionales de la salud pública. Los especialistas comunitarios de Jharkhand también están utilizando una aplicación desarrollada en el marco del proyecto para cartografiar el riesgo de COVID-19 a nivel de aldeas, en particular en las aldeas con un mayor número de migrantes retornados. La aplicación está disponible en cinco distritos de todo el estado.

Aunque estas respuestas han demostrado cómo las instituciones comunitarias locales pueden atender con éxito las necesidades inmediatas de los migrantes y sus comunidades, estas medidas son, en el mejor de los casos, a corto plazo. Siguen quedando muchas preguntas sobre lo que sucederá una vez que se flexibilicen las restricciones. Por ejemplo, casi el 10 % de los hogares rurales dependen de las remesas nacionales. Si las corrientes migratorias se ven considerablemente alteradas, ¿podrán esos hogares encontrar otros medios para suplir las carencias? Otro problema es el impacto de la emigración limitada y las consiguientes alteraciones de las cadenas de suministro en la economía rural y la agricultura. En algunas partes del país, los agricultores ya están preocupados por la posible escasez de mano de obra agrícola durante la temporada de cosecha.

Recientemente, el Gobierno de la India ha publicado unas directrices que permiten a los trabajadores migrantes que quedaron bloqueados regresar a sus hogares. Si bien esto plantea enormes dificultades al Gobierno para gestionar su retorno en condiciones de seguridad, también es una oportunidad para las instituciones comunitarias de seguir trabajando en estrecha colaboración con las autoridades locales y ayudar a la asimilación cuidadosa y gradual de los migrantes que regresan.

Los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y los organismos de las Naciones Unidas, incluido el FIDA, están trabajando a múltiples niveles para encontrar soluciones a mediano y largo plazo que permitan hacer frente a los problemas sanitarios, sociales y económicos que plantea esta crisis sin precedentes. En muchos estados, el Gobierno está realizando encuestas a gran escala entre los migrantes para evaluar sus intereses, aptitudes y planes futuros. Con independencia de los resultados, la experiencia de los proyectos apoyados por el FIDA indica que será fundamental la participación de las instituciones comunitarias locales, ya sea en forma de grupos de autoayuda, colectivos de apoyo a los medios de vida, organizaciones de agricultores, grupos de productores o cualquier otra cosa, tanto para el socorro inmediato como para la reintegración socioeconómica a más largo plazo de los migrantes.

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Más información sobre la respuesta del FIDA a la COVID-19.