Por qué los insectos son el próximo superalimento mundial

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Por qué los insectos son el próximo superalimento mundial

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© BrooklynBugs

Si bien la agricultura es una de las principales actividades causantes del cambio climático, también es parte de la solución. Los pequeños productores son fundamentales para reducir las emisiones, dado que por lo general no usan fertilizantes perjudiciales ni maquinaria que funciona con combustibles fósiles.

Por eso, en la COP27, el FIDA y los Estados Unidos pusieron en marcha el Compromiso Global del Metano con la intención de ayudar a los pequeños productores de los países en desarrollo a reducir todavía más las emisiones y fomentar, al mismo tiempo, su adaptación al cambio climático.

Una solución posible es producir insectos para consumo humano y animal. Los insectos aportan proteínas y micronutrientes, sin que su producción emita grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Además, tienen un índice de reproducción elevado y un ciclo de vida corto, y su cría no requiere grandes espacios ni mucha agua.

A pesar de que los insectos constituyen una fuente de alimentos esencial para, al menos, 2 000 millones de personas, en Occidente se acaba de empezar a reevaluar la función que desempeñan en nuestros sistemas alimentarios.   Habida cuenta del bajo costo de los insumos y del escaso espacio necesario, hasta las personas más pobres de los países en desarrollo pueden capturar, criar, procesar, vender y consumir insectos.

 

 

En vista de los más de 2 000 tipos de insectos comestibles que existen —desde grillos a cigarras—, hay una gran variedad de opciones sabrosas entre las que escoger. Si bien el consumo de insectos por sí solo no resolverá el problema del cambio climático, este cambio en la forma de vida puede disminuir notablemente nuestro impacto en el medio ambiente, además de ser beneficioso para nuestra salud por varias razones: 

  • Hasta el 80 % de la masa corporal de los insectos está compuesta por proteínas y micronutrientes, y su contenido proteico es superior al de cualquier otra carne de la ganadería tradicional.
  • Los insectos tienen un bajo contenido en grasas e hidratos de carbono y son ricos en vitaminas, fibra y minerales.
  • Los gusanos de la harina tienen el mismo contenido de omega-3 que el pescado.
  • A diferencia de los animales, los insectos no transmiten infecciones zoonóticas a los seres humanos y el ganado.

Por ejemplo, algunas empresas han comenzado a producir y procesar insectos para convertirlos en harina para pienso, mientras que otras están dando a conocer los insectos comestibles (entre ellas, Brooklyn Bugs, fundada por el chef de Recetas para el cambio del FIDA, Joseph Yoon).

En vista de que el cambio climático repercute en la distribución y la disponibilidad de alimentos, los insectos comestibles tienen un gran potencial de crecimiento, sobre todo a medida que aumenta la demanda de los consumidores. Es posible que pronto encontremos comida preparada hecha con insectos en las estanterías de nuestros supermercados.

Este artículo apareció publicado originalmente en sueco en la revista Global Bar Magazine.

Para más información sobre el potencial de los insectos comestibles en la esfera de la alimentación y la seguridad alimentaria, consulte esta publicación de la FAO.