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Las mujeres: impulsoras del cambio nutricional en las tierras altas de la República Democrática Popular Lao

19 agosto 2020

Las zonas rurales de las tierras altas de la República Democrática Popular Lao albergan a generaciones de orgullosos agricultores familiares. La gran mayoría de las personas que viven en esa región dependen de la agricultura en pequeña escala, y muchos todavía emplean técnicas agrícolas tradicionales que se trasmiten de generación en generación.

No obstante, a medida que pasa el tiempo es cada vez más difícil mantener esas prácticas. La menor fertilidad del suelo, además de la falta de acceso a las tecnologías más modernas, como el riego, ha hecho que en una gran parte de las zonas rurales del país se cultiven una limitada variedad de alimentos tradicionales a un nivel prácticamente de subsistencia. Muchas personas no tienen suficiente para comer y las que sí tienen suelen carecer de una alimentación nutritiva variada. Además, la falta de excedentes de producción para vender impide que esos agricultores participen plenamente en el crecimiento de la economía de la República Democrática Popular Lao, por lo que muchas familias están atrapadas en un círculo de pobreza intergeneracional.

En el marco del Programa de Agricultura para la Nutrición, una iniciativa conjunta del FIDA y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) financiada por el Programa Mundial de Agricultura y Seguridad Alimentaria, se ha estado interviniendo en las comunidades de las tierras altas desde 2016 para cambiar esa situación. Un componente esencial del proyecto son los cursos de nutrición para agricultores, y las mujeres locales son indispensables para su éxito.

Las asistentes a los cursos de nutrición responden a diversas preguntas durante un ejercicio en grupo en el distrito de Namor, en la provincia de Oudomxay.

Tradicionalmente, las mujeres y los niños de las zonas rurales del país se han visto afectados de manera desproporcionada por las dificultades de sus comunidades en materia de desnutrición e inseguridad alimentaria. En algunas provincias, la tasa de retraso del crecimiento en los niños menores de cinco años asciende a un 61 %. El personal del Programa de Agricultura para la Nutrición no tardó en darse cuenta de que era indispensable centrarse en la nutrición de las mujeres para acabar con el círculo de pobreza.

Con ese fin, se diseñaron los cursos de nutrición para mejorar la alimentación de los hogares ampliando los conocimientos de las mujeres acerca de la nutrición y la agricultura y su capacidad para cultivar, conservar y preparar diversos alimentos nutritivos.

Una facilitadora imparte una sesión del curso de nutrición en la aldea de Keolan del distrito de Namor, en la provincia de Oudomxay.

Se están impartiendo actualmente cursos en cada una de las 400 aldeas objetivo del proyecto con el apoyo de un equipo de tres facilitadores en las aldeas, que son voluntarios locales que han recibido capacitación para transmitir el contenido del curso. Los facilitadores planifican, publicitan e imparten el curso en sus comunidades, normalmente con un funcionario del PMA presente también.

Tras completar cada uno de los módulos del curso, las participantes se reúnen para realizar demostraciones culinarias y celebrar debates en grupo sobre las tareas del hogar, las funciones que desempeñan ellas y sus familiares en casa y los desafíos que afrontan.

Una abuela alimenta a su nieto con un bol de arroz, avena y carne en el distrito de Namor situado en la provincia de Oudomxay.

Todas las personas son bienvenidas a los cursos de nutrición pero, como parte de la estrategia del Programa de Agricultura para la Nutrición de acabar con el círculo de pobreza intergeneracional, se alienta especialmente la participación de mujeres embarazadas y lactantes. Las mujeres mayores también son participantes esenciales debido a su influencia cultural y su posición en la aldea.

A lo largo de los múltiples módulos de capacitación, las estudiantes del curso de nutrición aprenden sobre la agrobiodiversidad, la cría de ganado menor, la elaboración y conservación de los alimentos y la administración de los ingresos. Todo ello al tiempo que adquieren conocimientos cruciales sobre nutrición y salud.

“Gracias a esta actividad, ahora sé cómo cocinar mejor y, lo que es más importante, sé qué cocinar”, declara la Sra. Yuapave, una agricultora de 25 años que vive en la aldea de Phukea. “Antes comíamos lo suficiente, pero no comíamos bien. Ahora, que comemos bien, puedo observar los cambios en mis hijos y mi familia”.

La Sra. Sualao alimenta a sus gallinas en la aldea de Nachak del distrito de Namor, en la provincia de Oudomxay.

La Sra. Sualao, una joven de 22 años de la etnia hmong que reside en la aldea de Nachak, es una de las muchas jóvenes que se ha beneficiado del programa. Antes de incorporarse al curso de nutrición de su aldea, su acceso a conocimientos técnicos sobre nutrición y agricultura era limitado y tenía dificultades para mantener con vida a sus pollos y peces.

Además de para compartir mejores técnicas para la cría de peces y aves de corral, las sesiones del curso han servido para que enseñe a su familia a preparar diversos alimentos ricos en nutrientes.

“He observado que, gracias a la capacitación que hemos recibido en el curso de nutrición, las personas han empezado a plantar diversas verduras nutritivas”, indica. “Creo que los niños son más inteligentes y crecen más y, en el ámbito de la comunidad, ahora no enfermamos con tanta frecuencia”.

Las participantes en el curso de nutrición se preparan para cocinar un plato juntas en la aldea de Keolan del distrito de Namor, en la provincia de Oudomxay.

Además de la capacitación, el curso de nutrición también sirve para ayudar a las estudiantes a escribir propuestas para recibir donaciones del proyecto matriz, el Programa de Agricultura para la Nutrición, y poner en marcha huertos domésticos. Muchas personas pueden vender los excedentes de producción de esos huertos, lo que genera una fuente adicional de ingresos.

La Sra. Sualao fue una de las beneficiarias de las donaciones. En lugar de destinar la donación directamente a un huerto doméstico, ella la utilizó para comprar 6 gallinas y 2 gallos. Desde entonces, se han multiplicado hasta llegar a 20, y generan en conjunto un suministro constante de huevos. Conserva algunos para utilizarlos en la cocina y vende el resto. Además, ha invertido los ingresos obtenidos con este negocio en poner en marcha su huerto doméstico.

Gracias a su proactividad y fortaleza, se considera que la Sra. Sualao es una de las principales agricultoras de su aldea, y muchas de sus compañeras participantes en los cursos de nutrición recurren a ella para recibir asesoramiento.

“Nunca me imaginé que podría vender algo, nunca tuve confianza para negociar”, declara. “Sin embargo, ahora hago todo eso con confianza, y me gano la vida para mantener a mi familia, además de alimentarla con diversos productos nutritivos”.

Las participantes en el curso de nutrición se reúnen para realizar una demostración culinaria en la aldea de Keolan del distrito de Namor, en la provincia de Oudomxay.

Hasta la fecha, más de 21 000 participantes en el proyecto del Programa de Agricultura para la Nutrición, el 85 % mujeres, han completado los cursos de nutrición, y más de 12 500 personas han recibido donaciones. Cada participante también ha ganado espacio para expresar sus opiniones y llevar a cabo una actividad empresarial.

El impacto de los cursos de nutrición para agricultores queda patente no solo en el estado nutricional y la salud de los participantes, sino también en los conocimientos que tienen a su disposición, así como en sus ingresos. Hasta el momento, más de 3 700 familias en la zona objetivo del Programa de Agricultura para la Nutrición han salido de la pobreza. La diversidad alimentaria de los hogares también ha mejorado considerablemente, lo que da lugar a una población general más sana.

Quedan dos años para la finalización del proyecto y hay muchas esperanzas puestas en que, mediante prácticas agrícolas inteligentes y mejores conocimientos nutricionales, las comunidades participantes puedan dejar atrás la malnutrición y la inseguridad alimentaria. Todo ello al tiempo que desarrollan sus pequeños negocios y apoyan a sus familias.

Los niños disfrutan de comida caliente después de una sesión del curso de nutrición en la aldea de Keolan del distrito de Namor, en la provincia de Oudomxay.