El contexto

Tonga es un archipiélago compuesto por 172 islas volcánicas y de coral, 36 de las cuales están habitadas. 

El país tiene bajas tasas de pobreza y altos niveles de educación y salud. Pese a ello, su economía es frágil. Las personas que viven aisladas en las remotas islas exteriores están entre las más pobres del país. Las escasas oportunidades de empleo producen un constante flujo migratorio, especialmente hacia Nueva Zelanda y Australia.

Después de los servicios, la agricultura es la principal actividad económica. Alrededor del 85 % de los habitantes de Tonga viven en zonas rurales, donde dependen principalmente de la agricultura y la pesca. En su mayoría se trata de pequeños agricultores que combinan la agricultura de subsistencia con los cultivos comerciales. En general se dedican al cultivo de tubérculos, que les brindan seguridad alimentaria, empleo e ingresos.

Pese a esta resiliencia subyacente, los habitantes de Tonga son vulnerables al cambio climático y a la obesidad derivada de sus regímenes alimentarios inadecuados.  

La pobreza rural tiene especial incidencia entre los pequeños agricultores y los pescadores en pequeña escala que viven en las islas exteriores. Alrededor del 25 % de los hogares viven por debajo del umbral de pobreza y no logran satisfacer sus necesidades básicas. Las mujeres, que llevan una pesada carga de trabajo en las zonas rurales, donde su aporte es fundamental para la subsistencia de la familia, son particularmente vulnerables a la pobreza.

La emigración y la falta de incentivos para que los tonganos jóvenes se queden en las zonas rurales están produciendo un paulatino declive en la población rural. Por ende, la población campesina está envejeciendo, lo que conlleva una escasez de mano de obra. A largo plazo, esto tendrá repercusiones en la autosuficiencia alimentaria.

La estrategia

Hace más de 30 años que el FIDA provee financiación para ayudar a los habitantes de las zonas rurales del Pacífico a mejorar sus vidas. En años recientes, los recursos, el alcance y la cantidad de miembros del FIDA han aumentado. Actualmente entre los Estados Miembros se incluyen las Islas Cook, Fiji, Kiribati, las Islas Marshall, los Estados Federados de Micronesia, Nauru, Niue, Palau, las Islas Salomón, Samoa, Tonga, Tuvalu y Vanuatu.

La estrategia del FIDA en las islas del Pacífico se centra en establecer asociaciones.

Los programas y proyectos del Fondo buscan ayudar a las poblaciones rurales a producir cultivos alimenticios locales, especialmente alimentos tradicionales y autóctonos. Este apoyo busca dar respuesta a los desafíos en materia de cambio climático y nutrición.  

Desde 2013, los fondos que el FIDA ha destinado a los proyectos que emprende con sus asociados en el Pacífico se han duplicado con creces, de unos USD 7,5 millones a más de USD 15 millones.

En Tonga, la asistencia del FIDA se centra en:

• atraer a nuevos asociados y movilizar financiación adicional para iniciativas de agricultura y desarrollo rural;
• mejorar el acceso de los beneficiarios a la tecnología y los conocimientos de nuestros asociados en otras regiones, y
• facilitar el diálogo y las iniciativas conjuntas en el sector agrícola.