Myanmar
El contexto
Myanmar, el país más grande de Asia sudoriental, cuenta con abundantes recursos de tierra y agua y condiciones favorables para la agricultura. Su ubicación geográfica, en la intersección entre China y la India, dos de las economías de mayor dinamismo del mundo, lo colocan en una buena posición para retomar su rol tradicional como centro comercial regional y proveedor clave de minerales, gas natural y productos agrícolas, tras 50 años de aislamiento.
A medida que deja atrás ese período, Myanmar ha emprendido un proceso general de reformas políticas y económicas. El país aspira a introducir elementos de representación popular en la esfera política, favorecer el crecimiento económico y el desarrollo social inclusivo, mejorar el clima empresarial, atraer la inversión extranjera y reducir la pobreza.
Myanmar se ha transformado en una de las economías más dinámicas de Asia, lo que demuestra que las reformas ya están teniendo efectos positivos en materia de crecimiento. Pese a su enorme potencial de crecimiento, Myanmar, que ocupó el lugar 148 entre 188 países en la edición 2015 del Informe sobre Desarrollo Humano, sigue siendo uno de los países más pobres de la región.
La pobreza tiene particular incidencia en las zonas rurales, donde la mayoría de la población se dedica a la agricultura en pequeña escala y a los empleos informales. El sector agrícola es el pilar de la economía, y dos terceras partes de la población viven en zonas rurales.
Existe una profunda brecha entre las zonas rurales y las urbanas, lo cual es paradójico para un país tan rico en recursos. Las zonas rurales están considerablemente a la zaga de las urbanas en lo referido a las infraestructuras sociales y productivas. Los niveles de pobreza son sensiblemente más altos en las zonas rurales y entre los pequeños productores, las personas sin tierra y los grupos étnicos minoritarios.
Si bien el país produce un excedente de alimentos, muchas zonas rurales padecen inseguridad alimentaria. Existen disparidades entre los estados y dentro de ellos y de las comunidades, y se constata una estrecha relación entre la pobreza y la inseguridad alimentaria de los hogares.
Los pobres de las zonas rurales carecen de alimentos adecuados y nutritivos y de artículos no alimentarios esenciales. Muchos de los habitantes más pobres viven en la zona central seca o en zonas montañosas habitadas por grupos étnicos minoritarios. Estas zonas remotas tienen poca tierra cultivable y se han visto afectadas por conflictos.
La estrategia
Debido al anterior aislamiento del país, el sector agrícola de Myanmar no se ha beneficiado plenamente de los avances mundiales en la tecnología y los métodos de agricultura.
A través de su estrategia en el país, el FIDA buscará centrarse en modernizar la agricultura, mejorar las cadenas de valor, fomentar vínculos entre los agronegocios, diversificar los medios de vida, promover las empresas rurales y generar opciones de empleo no agrícola.
Entre las principales actividades, cabe señalar las siguientes:
- ayudar a las poblaciones rurales a acceder a los recursos, las tecnologías, los servicios y los mercados agrícolas;
- crear oportunidades de negocios y de empleo para las mujeres y los hombres del medio rural, y
- promover el empoderamiento social y económico de las poblaciones marginadas, sobre todo los grupos étnicos minoritarios.
El FIDA también es un agente catalizador del desarrollo en Myanmar. Trabajamos con el Gobierno para aprovechar los recursos aportados por los asociados bilaterales y multilaterales a fin de cofinanciar las inversiones y, finalmente, aumentar la escala de las actividades que han tenido buenos resultados.
Programa sobre Oportunidades Estratégicas Nacionales basado en los resultados (COSOP):
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Datos sobre el país
En Myanmar, la agricultura da empleo al 70 % de la población activa pero representa solo el 36 % del PIB.
El FIDA financia programas y proyectos de desarrollo agrícola en Myanmar desde 2014.