El contexto

Si bien el clima político del Líbano se ha mantenido relativamente estable, el país continúa viéndose afectado por la inestabilidad regional y la guerra en Siria, país del cual ha recibido la abrumadora cifra de 1,5 millones de refugiados, que se añaden a los 450 000 refugiados palestinos que ya tiene. Según el Banco Mundial, actualmente los refugiados representan alrededor de la cuarta parte de los 5,99 millones de habitantes del Líbano, lo que ha supuesto una carga considerable para las finanzas públicas, la prestación de servicios y el medio ambiente.

Se calcula que el 23 % de la población activa está desempleada, pero entre los jóvenes el desempleo alcanza un 33 %.

Aunque emplea a entre el 20 % y el 25 % de la fuerza laboral del Líbano, la agricultura representa apenas un 4,6 % de su producción económica. Solo un 13 % de la población del Líbano vive en las zonas rurales, pero más del 20 % de los hogares en el sector agrícola se clasifican como muy pobres. Ante la ausencia de un marco legislativo y de una política clara, los refugiados se dedican a la agricultura, mientras que en las regiones rurales del Líbano del Norte y el Valle de Bekaa las tasas de pobreza van de 36 % a 38 %.

Aunque sus costas sobre el Mediterráneo implican que durante el invierno las precipitaciones en el Líbano son relativamente altas, los problemas del país referidos a la calidad y la cantidad del agua aumentan su vulnerabilidad al cambio climático. Esto tiene repercusiones sobre el sector ganadero, la principal fuente de empleos en el medio rural. La crisis en Siria, que ha tenido profundos efectos en la economía, también ha afectado a los agricultores, que ahora enfrentan costos más altos y restricciones de acceso a las zonas fronterizas.

La estrategia

En el Líbano, los préstamos del FIDA buscan reducir la pobreza en el medio rural aumentando sustancialmente la productividad agrícola y los ingresos de las comunidades rurales pobres. Los proyectos en curso se centran en potenciar las actividades de producción, elaboración y comercialización de los pequeños agricultores.

Las actividades están dirigidas a los pequeños hogares agrícolas pobres que se han visto directa o indirectamente afectados por el conflicto en Siria.

En respuesta a la crisis en Siria, el FIDA ha establecido un Fondo para Refugiados, Migrantes y Desplazados Forzosos en pro de la Estabilidad Rural (FARMS) cuyo principal objetivo es garantizar que la población rural pobre salga de la pobreza con medios de vida remunerativos, sostenibles y resilientes.

Entre las principales actividades, cabe señalar las siguientes:

• promover el desarrollo de emprendimientos agrícolas y no agrícolas;
• reducir los costos de producción invirtiendo en nuevas tecnologías, en el uso de variedades de alto rendimiento y en aumentar la eficiencia en el uso del agua;
• aumentar el valor agregado de las explotaciones agrícolas;
• promover las asociaciones locales y las organizaciones de base, en particular las cooperativas de crédito, y
• empoderar a las mujeres del medio rural.

En 2009, el FIDA financió una donación pequeña por países de USD 200 000 para fortalecer la capacidad para analizar y poner en marcha una estrategia nacional de desarrollo agrícola en favor de los pobres.