Benin
El contexto
Benin, situado en África Occidental, comparte una larga extensión fronteriza con su vecino oriental, Nigeria, y limita al oeste con el Togo y al norte con Burkina Faso y el Níger.
Muchos de los 10 millones de habitantes de Benin viven en la ciudad portuaria de Cotonú, en el Golfo de Guinea.
La población está creciendo a un ritmo del 3,5 % anual y el 56 % de ella vive en el medio rural. Aproximadamente el 60 % de los habitantes tienen entre 15 y 35 años. El ritmo de crecimiento demográfico plantea un enorme desafío, ya que Benin es uno de los países más pobres del mundo y tiene un índice de desarrollo humano de 0,476 (2014), lo que lo sitúa en el puesto 169 de 187 países.
El apoyo internacional y las reformas económicas y estructurales han contribuido a que el producto interno bruto (PIB) de Benin creciera a un ritmo de entre el 4 % y el 5 % anual en los últimos 20 años, pero la tasa de pobreza está aumentando cada vez más, y en 2015 llegó al 40,1 %. La incidencia de la pobreza es menor en los hogares encabezados por mujeres, pero estas son más vulnerables y carecen de oportunidades económicas.
La agricultura genera alrededor del 70% del empleo y el 30 % del PIB, pero depende de las precipitaciones y es vulnerable al cambio climático. Las pequeñas explotaciones agrícolas, que suman alrededor de 550 000, tienen un tamaño medio de 1,7 hectáreas y se destinan principalmente a la agricultura de subsistencia (cereales y tubérculos).
La escasez crónica de empleos en el medio rural incita a los jóvenes a emigrar a las zonas urbanas. La horticultura comercial es una importante fuente directa e indirecta de empleo para los jóvenes y las mujeres en las ciudades, sus alrededores y las zonas rurales, y su desarrollo podría permitir subsanar la escasez de hortalizas en toda la subregión.
La estrategia
En Benin, los préstamos del FIDA respaldan los esfuerzos del Gobierno por reducir la pobreza y mejorar los medios de vida de la población rural pobre.
Las actividades se centran en los hogares más desfavorecidos de las zonas rurales. El enfoque del FIDA consiste en recurrir a proveedores de servicios locales para brindar apoyo a las comunidades.
Las principales actividades están destinadas a:
- mejorar el acceso de las pequeñas y medianas empresas rurales a servicios financieros adaptados;
- mejorar los ingresos de los pequeños agricultores y horticultores y aumentar la resiliencia al cambio climático integrándolos en cadenas de valor que les permitan producir, distribuir y vender flores, arroz, soja, piña, yuca y maíz de manera sostenible, y
- ayudar a las organizaciones de agricultores y las asociaciones locales a participar en las actividades de planificación y gestión del desarrollo económico en sus municipios.
Cerca del 44 % de la población de Benin vive en las zonas urbanas, principalmente situadas en la parte meridional del país.
La agricultura desempeña una función importante en la economía de Benin, ya que genera el 70 % del empleo y el 30 % del PIB.
El algodón es un cultivo comercial fundamental que representa el 5% del PIB y el 27 % de las exportaciones.
El FIDA financia proyectos de desarrollo agrícola en Benin desde1978.