El contexto

Ubicado entre el Níger y el Sudán, el Chad es un país sin salida al mar que ocupa 1 284 000 km2 del Sahel y cuya mitad septentrional es un desierto. Tres décadas de conflictos internos y de inestabilidad política han agravado los perjuicios que las frecuentes sequías de las décadas de 1970 y 1980 causaron a la población rural.

La población es muy joven: más de la mitad de los ciudadanos son menores de 15 años, y apenas el 4 % tiene más de 60 años. La población se concentra en el sur del país, que es más apto para la agricultura.

Desde 2015 la disminución en los precios del petróleo ha debilitado la economía del Chad. La agricultura, que genera un 40 % del PIB y un 80 % de las exportaciones, emplea el 80 % de la fuerza laboral.

Entre 2003 y 2011, la tasa de pobreza nacional se redujo del 55 % al 47 %.

En las zonas centrales, donde se están desarrollando operaciones financiadas por el FIDA, la población rural pobre debe hacer frente a la falta de infraestructura, la escasez de precipitaciones y las variaciones del clima. Las plagas, así como la erosión del suelo y la desertificaciónamenazan los cultivos y el ganado. 

Los agricultores no tienen acceso a los servicios, el conocimiento y la tecnología que necesitan para mejorar la productividad. Las deficiencias en el acceso a servicios financieros rurales tampoco permiten a los agricultores pobres desarrollar oportunidades alternativas de ingresos o mejorar la productividad.

La mayor presión sobre los recursos naturales en las zonas marginales está perjudicando a ecosistemas frágiles y a menudo genera conflictos entre las comunidades agrícolas asentadas y los pastores nómadas, lo que agrava las amenazas en materia de desarrollo y medios de vida. Esto obliga a los hogares agrícolas a migrar a zonas con mejores posibilidades, lo que reproduce la misma dinámica en otros lugares.

La estrategia

En el Chad, los préstamos del FIDA ayudan a brindar a las mujeres y los hombres pobres de las zonas rurales los recursos que necesitan para mejorar sus ingresos y su seguridad alimentaria.

Nuestro Programa sobre Oportunidades Estratégicas Nacionales para el Chad persigue dos objetivos estratégicos:

• mejorar el acceso a los recursos de agua y gestionarlos de manera sostenible. Nos centramos en mejorar la gestión de los recursos naturales, en particular el agua, dada su importancia fundamental para los medios de vida de muchos habitantes del Chad; y
• mejorar el acceso a los mercados de insumos y de producción en las cadenas de valor en las que las poblaciones rurales pobres tengan una ventaja comparativa. Por lo general, los productores rurales del Chad utilizan prácticas de agricultura de subsistencia y se quedan con una parte muy pequeña del valor generado por la producción agrícola, aun en las zonas que no están aisladas.