Madagascar
El contexto
Ubicada en el océano Índico, Madagascar es la quinta isla más grande del mundo. Su economía se basa principalmente en la agricultura, el turismo, la producción de bienes con escaso valor agregado y el sector minero, que se ha beneficiado de un importante aumento en la inversión extranjera.
Madagascar es sumamente vulnerable al cambio climático. Se estima que un 25 % de la población, alrededor de 5 millones de personas, vive en zonas con un elevado riesgo de desastres naturales. Más del 70 % de los habitantes de la isla viven por debajo del umbral de pobreza, 85 % de ellos en las zonas rurales.
El sector agrícola, que en 2009 representó un 30 % del PIB, es la columna vertebral de la economía de Madagascar. Genera entre el 30 % y el 40 % de las exportaciones y da empleo al 80 % de las familias del país, que trabajan en unos 2,5 millones de pequeñas explotaciones. Los tres subsectores —la agricultura, la ganadería y la pesca— son fundamentales para reducir la pobreza y mejorar la seguridad alimentaria. Cubren las necesidades del 75 % de la población del país, representan el 86 % de los empleos y dan trabajo al 60 % de los jóvenes.
Dotada de abundantes recursos naturales, las posibilidades de desarrollo agrícola de Madagascar son excepcionales. La producción de arroz es la principal actividad económica del país y brinda medios de subsistencia para unos 10 millones de habitantes, es decir, al 86 % de los hogares.
Sin embargo, la tasa de crecimiento promedio del sector es solo del 1,5 %anual, una de las principales causas de la pobreza rural. Otras causas incluyen la fragmentación de la producción, la baja productividad, la inseguridad rural, el uso abusivo de los recursos naturales, la vulnerabilidad a los riesgos naturales (ciclones, sequías e inundaciones) y un acceso limitado a las oportunidades económicas y comerciales debido al aislamiento, el envejecimiento de las infraestructuras y las dificultades para acceder a los mercados agrícolas y a la financiación rural.
Las condiciones de vida han empeorado Durante los pasados 25 años, mientras que la población, que alcanzó los 17,9 millones de personas en 2004, se ha duplicado. La crisis política ocurrida entre 2009 y 2013 obstaculizó el desarrollo socioeconómico y aumentó la pobreza, en particular la extrema. La suspensión de la ayuda internacional, que representaba la mitad del presupuesto nacional, intensificó las repercusiones.
La disminución en la productividad agrícola que eso trajo aparejado se vio agravada en 2012 y 2013 por una plaga de langostas, que destruyó la mitad de los cultivos alimentarios, y por una grave sequía, que redujo la producción agrícola de la mayoría de las regiones. Al igual que otros países que están experimentando un rápido crecimiento demográfico, para Madagascar es un desafío aumentar su producción agrícola al mismo ritmo que las necesidades alimenticias de su población.
El país tiene la cuarta tasa de malnutrición crónica más elevada del mundo (47,3 %) y ocupa el 15º lugar por número de niños afectados.
La estrategia
La estrategia del FIDA en Madagascar, que se basa en su programa sobre oportunidades estratégicas nacionales para el período comprendido entre 2015 y 2019, tiene como objetivo mejorar los ingresos y la seguridad alimentaria de las personas pobres del medio rural, en particular las mujeres y los jóvenes.
Este enfoque se apoya en dos objetivos estratégicos:
- garantizar que las explotaciones agrícolas y las empresas rurales adopten ampliamente sistemas de producción eficaces y resilientes al clima, y
- mejorar el acceso de los pequeños agricultores y de las empresas rurales a los mercados y a las cadenas de valor prioritarias.
Datos sobre el país
Madagascar es sumamente vulnerable a los desastres naturales, incluidos los ciclones, las sequías y las inundaciones. Se estima que un cuarto de la población (unos 5 millones de personas) vive en zonas con un elevado riesgo de desastres naturales.
El FIDA financia programas y proyectos de desarrollo agrícola en Madagascar desde 1979.