Mozambique
El contexto
Cuando Mozambique salió de la guerra civil hace 25 años, era uno de los países más pobres del mundo. Desde entonces, su economía ha tenido una espectacular expansión, con un crecimiento promedio del PIB superior al 7 % anual durante los últimos cinco años. Las reformas basadas en el mercado, las enormes inversiones públicas en infraestructura y los importantes flujos de inversiones extranjeras han impulsado el crecimiento.
Con todo, de los 27 millones de habitantes del país, un 60 % vive en la pobreza y no tiene acceso a servicios básicos tales como el agua potable sana, los centros de salud y las escuelas.
En Mozambique, más del 70 % de los hogares pobres están en zonas rurales. La agricultura es su principal fuente de alimento e ingresos, pero la productividad es baja.
En general, los agricultores y los pescadores producen lo suficiente para cubrir las necesidades alimentarias básicas de sus hogares, y en algunos casos les queda un pequeño excedente que pueden vender. Los ingresos son exiguos, y la mayor parte de la población rural sobrevive a un nivel de subsistencia.
Entre 2010 y 2013, el sector agrícola representó alrededor del 30 % del PIB y el 25 % del total de exportaciones (alimentos y materias primas agrícolas). La agricultura, que emplea al 80 % de la fuerza de trabajo, es la principal fuente de ingresos para más de un 70 % de la población.
La falta de tecnologías idóneas y el hecho de que los agricultores utilizan métodos agrícolas tradicionales, variedades de semillas de bajo rendimiento y técnicas manuales de cultivo perjudican la productividad agrícola. En general, los pequeños agricultores no acceden a los mercados.
En las comunidades rurales, las mujeres están particularmente desfavorecidas. Frente a los hombres, su acceso a la educación está considerablemente limitado y, por ende, tienen menos competencias. La atención sanitaria es inadecuada, y las muertes durante el parto son comunes.
La mayoría de las mujeres de las zonas rurales desempeñan un papel crucial en la producción de cultivos alimentarios y en la generación de ingresos para sus familias. Pese a ello, apenas acceden a los recursos productivos, que tampoco controlan.
Los hogares pobres del medio rural son especialmente vulnerables a los desastres naturales, como las sequías y las inundaciones, que periódicamente asolan las zonas meridional y central de Mozambique. Tales fenómenos exponen a las poblaciones vulnerables a la inseguridad alimentaria, por cuanto tienen pocas opciones distintas a la agricultura para generar ingresos.
La estrategia
En Mozambique, los préstamos respaldados por el FIDA ayudan a los productores en pequeña escala a integrarse a mercados rentables y accesibles.
Nuestra estrategia es plenamente congruente con todos los objetivos estratégicos que el Gobierno ha expresado en su plan de acción para la reducción de la pobreza y en la estrategia sectorial para la agricultura, la pesca artesanal y la financiación rural.
El Programa sobre Oportunidades Estratégicas Nacionales (COSOP) del FIDA, aprobado en 2011, establece un marco estratégico basado en los resultados. Las actividades están dirigidas a los productores pobres con posibilidades de ampliar y comercializar sus actividades, con especial hincapié en los grupos desfavorecidos, como las mujeres y los jóvenes.
A fin de lograrlo, nos hemos centrado en tres objetivos estratégicos:
- mejorar el acceso de los pequeños agricultores y los pescadores artesanales a tecnologías y servicios que aumentan la productividad;
- aumentar su presencia en los mercados para que participen en igualdad de condiciones en las ganancias, y
- mejorar su acceso a los servicios financieros sostenibles en las zonas rurales.
El FIDA también participa en diálogos sobre políticas cuando surgen cuestiones pertinentes durante la ejecución de los proyectos. Además, ayudamos a las comunidades a fortalecer su capacidad para participar en los procesos de diálogo sobre políticas.
Datos sobre el país
La agricultura, que emplea al 80 % de la fuerza de trabajo, es la principal fuente de ingresos para más de un 70 % de la población de Mozambique.
La mayoría de las mujeres de las zonas rurales se dedican a la agricultura y desempeñan un papel crucial en la producción de cultivos alimentarios y en la generación de ingresos para sus familias. Pese a ello, apenas acceden a los recursos productivos, que tampoco controlan.
El FIDA financia programas y proyectos de desarrollo agrícola en Mozambique desde 1983.