El contexto

Con una población que supera los 180 millones de personas, el Pakistán es la 26ª economía más grande del mundo y el sexto país más poblado del planeta. Es uno de los principales productores de trigo, algodón, caña de azúcar, mangos, dátiles, arroz y naranjas, y la agricultura representa alrededor del 25 % de su PIB.

La pobreza es un fenómeno que afecta principalmente a las zonas rurales, que albergan a más del 60 % de la población (116 millones de personas) y al 80 % de los pobres del país. La escasa dimensión de las parcelas, el acceso deficiente a los mercados, la falta de acceso al crédito, a los insumos y a los servicios de apoyo, la escasez de oportunidades de empleos rurales no agrícolas y las deficiencias en materia normativa e institucional son algunos de los desafíos que enfrentan los productores rurales.

El país tiene un elevado número de jóvenes: más del 55 % de la población tiene menos de 25 años y un porcentaje superior al 35 % tiene entre 25 y 54 años. Factores socioeconómicos, políticos y de salud producen importantes desigualdades de género. La tasa de alfabetización de adultos es del 56 %, pero hay grandes diferencias entre la población urbana y rural y entre las distintas regiones.

Los recursos hídricos del Pakistán están sometidos a una gran presión debido a la envergadura de la producción agrícola y al incesante crecimiento demográfico. La gran mayoría de los recursos hídricos del país —alrededor del 90 %— se destinan a la agricultura, y lo que resta se divide en partes iguales entre la industria y el uso doméstico.

El país enfrenta numerosos desastres naturales y catástrofes de origen humano, por ejemplo, inundaciones, terremotos, desprendimientos de tierra, sequías y conflictos, como la inundación de 2010, que afectó a 20 millones de pakistaníes.

La estrategia

Desde que el FIDA comenzó sus operaciones en el Pakistán, en 1978, hemos hecho hincapié en combatir la pobreza rural promoviendo un desarrollo rural integrado y participativo.

Sobre la base de las experiencias anteriores y de las lecciones aprendidas, y con el objetivo de ampliar y aumentar la escala de los modelos que han dado buenos resultados, el programa del FIDA en el Pakistán está evolucionando y es congruente con el programa del Gobierno en materia de desarrollo y políticas. Los recursos nacionales y de desarrollo de diversos tipos se aprovecharán para promover enfoques programáticos a escala provincial congruentes con una estrategia que permita:

• ayudar a las personas extremadamente pobres a dejar de serlo aplicando modelos de salida de la pobreza eficaces y centrados en las mujeres y los jóvenes;
• asociarse con el sector privado para potenciar el desarrollo de la agricultura familiar centrada en las cadenas de valor.

Para complementar estas orientaciones estratégicas, los proyectos en curso y de la cartera buscan facilitar y promover la seguridad de la vivienda y las transferencias de activos para los grupos vulnerables, el fortalecimiento de las habilidades (incluida la formación profesional) y el desarrollo empresarial y de las cadenas de valor; asimismo, se está trabajando para potenciar el acceso a los servicios y la inclusión financieros.

Los temas transversales de nutrición, género, juventud, resiliencia al cambio climático y gestión de los recursos hídricos están integrados en toda la cartera mediante estrategias, intervenciones e inversiones bien definidas.