Los pequeños agricultores son los principales productores mundiales de alimentos y proveen de entre el 60 % y el 80 % de los alimentos que se producen en los países en desarrollo. A medida que la población mundial crece, aumenta la presión sobre los agricultores para mejorar su productividad y garantizar la seguridad alimentaria, en especial de la población rural pobre.
Así y todo, son numerosos los factores que hacen que la agricultura sea cada vez mas difícil para ellos. Entre las dificultades se encuentran la variabilidad y el cambio climáticos, la escasez de agua y la degradación de la tierra, y el alto nivel de pérdida de alimentos tras las cosechas.
Mejora del suelo y control de plagas
El acceso a diversas tecnologías agrícolas es fundamental para que los pequeños agricultores puedan seguir alimentando a la población mundial.
Los proyectos financiados por el FIDA ayudan a los agricultores a aumentar su rendimiento mediante una mejor gestión del suelo y de las plagas, el uso de fertilizantes, el acceso a semillas de mejor calidad y otras prácticas agrícolas mejoradas.
Nuestros proyectos mejoran el acceso de los agricultores a los mercados de insumos y productos, así como a los servicios financieros rurales que les permitirán invertir en granjas.
Estos proyectos también mejoran la capacidad institucional de las organizaciones de agricultores para satisfacer las necesidades de sus miembros, a la vez que garantizan una gestión adecuada de los recursos naturales y un crecimiento sostenible.
Producir más alimentos y crear nuevas oportunidades
Nuestro enfoque de la agricultura es específico para cada contexto. Nos esforzamos por crear oportunidades para los agricultores en distintos niveles y con diferentes activos, tanto para las mujeres como para los hombres agricultores..
Asimismo prestamos apoyo al creciente número de jóvenes de las zonas rurales, que con frecuencia se ven obligados a abandonar la agricultura y buscar fuentes de ingresos alternativas.
