Reflexiones sobre el sector lácteo con el grupo de jóvenes Wazo Jema

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Evaluación del negocio de productos lácteos con el grupo de jóvenes Wazo Jema

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
©FIDA/Susan Beccio

Nuestra serie sobre África Oriental y Meridional está dedicada a los logros de cinco agronegocios dirigidos por jóvenes de los condados de Nakuru y Kilifi, en Kenya. Todos ellos han tenido un éxito notable, y cada uno nos ha enseñado algo valioso sobre el desarrollo rural que podemos trasladar a otros proyectos. Todos los grupos que aparecen en esta serie cuentan con el apoyo de Vijabiz, un proyecto financiado por el FIDA que se dedica a empoderar a los jóvenes a través del asesoramiento y el fomento de la capacidad agroempresarial.

El grupo de jóvenes Wazo Jema, del condado de Kilifi, en Kenya, está integrado por cuatro mujeres y seis hombres jóvenes que, tras enfrentarse a dificultades para encontrar empleo en su comunidad, se unieron para iniciar su propio negocio. Aunque en sus inicios probaron suerte con la avicultura, pronto optaron por el sector lácteo, comprando leche cruda a los productores para pasteurizarla. El grupo utiliza la leche pasteurizada para fabricar una serie de productos —yogures, jugos mixtos y ghee, entre otros— que luego venden.

Poco tiempo después de comenzar, escucharon un anuncio en los medios locales sobre el programa Vijabiz, que ofrece asesoramiento y capacitación empresarial a empresas emergentes lideradas por jóvenes kenianos. El programa imparte cursos sobre competencias empresariales, desde contabilidad hasta técnicas de marketing en las redes sociales, a los grupos solicitantes. Los grupos que cumplen los requisitos también reciben donaciones que pueden reinvertir en sus emprendimientos. Aunque Wazo Jema no logró acceder al apoyo financiero, se inscribieron a todas las clases que pudieron.

Pronto, el grupo logró importantes mejoras en su negocio. Gracias a la capacitación en el uso de las redes sociales, ahora promocionan y venden sus productos en WhatsApp y Facebook. Con una cartera de clientes mucho más amplia, las posibilidades de ingresos de la empresa han aumentado notoriamente. Y ahora que cuentan con las habilidades para seguir de cerca las ventas, pueden determinar con precisión cuándo trabajan a pérdida y cuándo generan ganancias.

Con todo, tienen que seguir progresando. Siguen pasteurizado la leche según la costumbre local: sobre el fuego. Este método, además de ser nocivo desde el punto de vista climático, no permite determinar con facilidad si la leche ha alcanzado la temperatura de hervor necesaria. La pandemia también ha tenido profundos efectos sobre su actividad. Antes de la COVID-19, vendían entre 60 y 70 litros de leche por día, pero ahora venden entre 15 y 20 litros, una disminución del 71 % en las ventas.

Con todo, la empresa sigue siendo una fuente confiable de ingresos para los miembros de Wazo Jema y sus familias, y los empleos que ha creado han permitido disminuir las elevadas tasas de desempleo que afectan al condado de Kilifi.

 

Enseñanzas extraídas

Aunque celebramos el progreso de Wazo Jema, deberíamos reflexionar en las dificultades que han enfrentado, a fin de mejorar las iniciativas futuras.

Primero, es importante tener en cuenta la disponibilidad de los equipos necesarios. Es evidente que la falta de equipos apropiados puede limitar drásticamente las posibilidades de cualquier empresa de obtener ingresos, y Wazo Jema no es inmune en este sentido. Una pasteurizadora de leche moderna no sería solo una inversión inteligente: garantizaría un aumento de los ingresos. Contar con equipos nuevos también podría revertir el desplome de las ventas que produjo la pandemia. Un dispensador de leche, por ejemplo, brindaría un método seguro y sin contacto para realizar transacciones, y como otros grupos del programa Vijabiz pueden confirmar, es un sistema popular con los clientes.

Una segunda cuestión que está estrechamente vinculada es la financiación. Históricamente, apenas algunos grupos del programa Vijabiz han cumplido los requisitos para recibir financiación además de los cursos de capacitación. Si bien para muchos grupos la capacitación ha sido suficiente para lograr resultados, otros, como Wazo Jema, han seguido enfrentando desafíos. Seguramente estos grupos se beneficiarían de recibir financiación luego de capacitarse para poder aplicar lo que aprenden. En el futuro, podría considerarse la posibilidad de que todos los cursos de capacitación que ofrecen estos programas incluyan donaciones, a fin de empoderar a todos los participantes desde el punto de vista financiero.

En muchos aspectos, esta situación refleja las deficiencias de financiación que enfrentan numerosas empresas en todo el continente. Aunque la mayoría de las economías africanas dependen de las empresas emergentes y de otras pequeñas y medianas empresas, el acceso a financiación en condiciones favorables (incluidas las donaciones) es escaso: la brecha de financiación para estas empresas actualmente asciende a USD 311 000 millones anuales. Sin embargo, como demuestra el caso de Wazo Jema, invertir en este sector es fundamental en la creación empleos para los jóvenes y la promoción de oportunidades de creación de riqueza.

 

Escuche las voces de los integrantes del grupo de jóvenes Wazo Jema.

Más información sobre la labor del FIDA en Kenya.