Financiación de la resiliencia: contribución del ASAP+ a la adaptación al cambio climático de las comunidades rurales

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Financiación de la resiliencia: contribución del ASAP+ a la adaptación al cambio climático de las comunidades rurales

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En lo que respecta al cambio climático, los productores en pequeña escala son una de las comunidades más vulnerables a nivel mundial. Se estima que unos 500 millones de hogares de pequeños productores tienen dificultades para acceder a tierras agrícolas adecuadas, al tiempo que los bosques, el suelo y los recursos hídricos están cada vez más restringidos y degradados.  

En situaciones de inundaciones o sequías, los pequeños productores suelen quedar relegados y deben enfrentarse por sí solos a los erráticos patrones meteorológicos. 

Por eso, el FIDA se centra en la agricultura resiliente al cambio climático y en la financiación para el clima, que comprende los fondos necesarios para adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos, a través de operaciones como la ampliación del Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala (ASAP+). 

El ASAP+, cuyo objetivo de movilización asciende a USD 500 millones, se concibió con la idea de ser el mayor fondo dedicado a canalizar la financiación para el clima a favor de los productores en pequeña escala y a contribuir al aumento de la resiliencia, la seguridad alimentaria y la mitigación y absorción del carbono. El programa se basa en los buenos resultados y las lecciones aprendidas en las dos primeras fases del programa (ASAP).

El Proyecto de Mejora de la Infraestructura y los Medios de Vida en las Haor, uno de los programas ejecutados en el marco del ASAP en la cuenca de las haor en Bangladesh, muestra cómo lograrlo.  

La cuenca de las haor es una zona de captación de agua de lluvia que experimenta una de las mayores tasas de precipitaciones del mundo. Aunque las lluvias monzónicas no son un fenómeno nuevo, está previsto que cada vez sean más abundantes y erráticas, lo que dará lugar a inundaciones repentinas y tendrá consecuencias catastróficas, como le ocurrió en 2017 a Anjuli Rani Das, cuando una gran tromba de agua cayó sobre su aldea y trastocó su vida.  

No estaban preparados  

Los recuerdos de la inundación están grabados en la mente de Anjuli. Ese día, se perdió aproximadamente el 90 % de la cosecha de arroz del pueblo, y 1,3 millones de cabezas de ganado y 3,2 millones de patos y aves fueron arrastrados por la corriente, junto con más de 200 toneladas de peces de piscifactoría.  

Anjuli, criadora de patos, lo perdió todo en un abrir y cerrar de ojos, cuando las inundaciones arrasaron con la mayor parte de sus animales y su granja. “La vida en la región de las haor siempre ha sido impredecible”, cuenta Anjuli. "Crecí viendo cómo, cada año, las inundaciones se llevaban las casas por delante. Mi aldea no estaba protegida, estábamos a la merced de las olas y el agua". 

Los daños podrían haber sido menores si se hubiera avisado previamente a los habitantes de la aldea de la intensidad y los tiempos de la tormenta.  

Alertar a las comunidades de lo inevitable 

Cinco años después de este devastador incidente, Anjuli cuenta con un sistema de alerta de inundaciones repentinas, creado en el marco del Proyecto de Mejora de la Infraestructura y los Medios de Vida en las Haor y financiado con cargo al ASAP, que les avisa a ella y a su comunidad con la suficiente antelación para prepararse y proteger sus activos frente a las lluvias torrenciales.  

Este sistema recopila datos de 25 estaciones ubicadas aguas arriba con el objetivo de formular previsiones fiables sobre el nivel del agua a diez días vista. Las alertas de inundaciones se envían a través de una aplicación de telefonía móvil. De este modo, las personas tienen tiempo para prepararse frente a las inundaciones impropias de la estación. 

Sin embargo, ese tipo de alertas no son suficientes. Por eso, en el marco del proyecto, los avisos se combinan con la construcción con materiales locales de infraestructuras resilientes al cambio climático para proteger las aldeas, los caminos y los mercados. 

Resultados obtenidos por el Proyecto de Mejora de la Infraestructura y los Medios de Vida en las Haor 

Al igual que Anjuli, la mayoría de la población de Asia Meridional y Sudoriental reside en zonas rurales y su sustento depende de la agricultura de secano. Desde su creación en 2011, el Proyecto de Mejora de la Infraestructura y los Medios de Vida en las Haor ha mitigado los efectos del cambio climático en cinco distritos de la cuenca de las haor y ha logrado algunos resultados impresionantes:  

  • Más de 344 000 hogares han recibido apoyo, de los cuales el 51 % están encabezados por mujeres. 
  • Más de 180 000 hogares pobres de pequeños agricultores han recibido capacitación para adaptarse a los efectos del cambio climático ajustando la intensidad y la diversidad de los cultivos, reforestando la tierra con bambú y plantas de marismas, y construyendo taludes de protección para combatir la erosión.  
  • Se ha construido infraestructura de protección frente a las inundaciones repentinas y la acción de las olas en 140 aldeas.  
  • El proyecto también ha impartido formación profesional a 8 701 personas, entre otras cosas, sobre horticultura, fabricación de velas, fontanería y soldadura.   
  • Se crearon 434 grupos comunitarios de usuarios del agua. 

De cara al futuro

Las lluvias torrenciales no son un fenómeno nuevo en Bangladesh. En la foto, un niño camina con el rebaño familiar por una calle inundada en el noreste del país. © FIDA/GMB Akash 

La resiliencia al cambio climático y la adaptación de los pequeños productores siempre ha sido una cuestión prioritaria para el FIDA.  No obstante, en las negociaciones sobre el clima no se le prestó la debida atención a este tema hasta hace cinco años, cuando en la labor conjunta de Koronivia sobre la agricultura se reconoció la función de la agricultura en la lucha contra el cambio climático y se sentaron las bases para que el FIDA diera voz a los pequeños productores en los eventos sobre el clima.  

Lejos de las cumbres, sobre el terreno y en los campos, los programas como el ASAP+ seguirán ampliando de escala los enfoques fiables y de eficacia probada adoptados por el FIDA a favor del desarrollo rural. Asimismo, velarán por que las comunidades vulnerables estén preparadas para un futuro caracterizado por el cambio climático.   

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