Lograr un cambio inmediato: mi compromiso como Presidente del FIDA
Lograr un cambio inmediato: mi compromiso como Presidente del FIDA
Lograr un cambio inmediato: mi compromiso como Presidente del FIDA
En mi primer día como Presidente del FIDA, viajando desde Castelli Romani en Roma hasta la sede del FIDA, tengo en mente a los 150 millones de personas que han caído en la inseguridad alimentaria y la pobreza en los últimos dos años y el poco tiempo que nos queda antes de que el planeta alcance 1,5 °C adicionales de calentamiento global, dadas las tendencias actuales de las emisiones.
Durante más de 40 años, el FIDA ha prestado apoyo constante a las personas pobres del medio rural ayudándolas a superar la pobreza. Sin embargo, con las pocas añadas que nos quedan por delante hasta 2030, estamos muy lejos de alcanzar la meta.
Vivimos un momento decisivo en el que confluyen múltiples crisis, empezando por el cambio climático, pasando por la COVID-19 y terminando por los enfrentamientos. Ahora, también afrontamos una crisis alimentaria. Pero estos problemas no han surgido de la nada: así es como el planeta nos dice que las cosas tienen que cambiar, que no podemos seguir dependiendo del mismo manual obsoleto. Con todo, creo firmemente que podemos lograr grandes mejoras si tomamos las decisiones correctas. Eso es lo que el FIDA está haciendo ahora, y en lo que pondrá aún más empeño bajo mi dirección, para abordar los retos actuales, garantizar sistemas alimentarios mundiales sostenibles y transformar la vida de las personas más pobres de las zonas rurales de todo el mundo.
Prestar ayudar donde más se necesita
El FIDA trabaja con las comunidades rurales pobres, donde más se precisan nuestros esfuerzos. Como Presidente, buscaré que amplíen la movilización de recursos destinados a la población más pobre del mundo y los países que se hallan en situaciones de mayor fragilidad.
A medida que el mundo se enfrenta a una crisis tras otra, la capacidad del FIDA para responder rápidamente y trabajar en situaciones frágiles es crucial para apoyar a los pequeños agricultores y sus comunidades. El impacto sostenible a largo plazo sigue siendo la prioridad del FIDA. Con todo, estos últimos años nos han enseñado que debemos ser ágiles a la hora de atender las necesidades de las comunidades a las que asistimos, en particular durante la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania con nuestra Iniciativa para Hacer Frente a la Crisis.
Consideración del clima en todas las conversaciones
En los tiempos que corren, no hay ningún ámbito en el que el cambio climático no influya de alguna manera. Es una tremenda injusticia que la población pobre del medio rural, que ha sido la que menos ha contribuido a él, sea la que más sufre sus efectos.
El FIDA es pionero en iniciativas de adaptación al cambio climático dirigidas a los productores en pequeña escala. Con nuestros programas hemos ayudado a millones de productores a hacer frente a la crisis climática, pero debemos esforzarnos más para integrar plenamente el clima en nuestro enfoque. Esto no solo abre las puertas a un futuro sostenible, sino que también consolida al FIDA como líder en el ámbito de la financiación para el clima.
Defender a las personas marginadas
Una transformación rural exitosa es una transformación rural inclusiva. La población marginada, como las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas, conoce muchas de las soluciones para lograr que el planeta y los sistemas alimentarios sean más saludables. Esto significa crear empleos dignos para las mujeres y los jóvenes, a fin de que puedan obtener ingresos y mejorar sus condiciones de vida a la vez que contribuyen a impulsar las sociedades. Con los proyectos y programas del FIDA, muchos de los cuales van dirigidos a mujeres y jóvenes, ya estamos contribuyendo a crear estas oportunidades, y estamos dispuestos a prestar más apoyo en ese sentido.
Priorizar las asociaciones con el sector privado
En un mundo cada vez más interconectado y complejo, no se puede progresar sin una estrecha colaboración con todos los actores interesados, especialmente el sector privado. Los préstamos y donaciones del FIDA, así como su mecanismo para el sector privado, ya promueve la inversión privada en la agricultura en pequeña escala. No obstante, podemos aprovechar en mayor medida esta red de asociados, que podría llegar a ser enorme, subsanar el déficit financiero, crear empleos para los jóvenes del medio rural y acelerar la transformación digital para que los productores en pequeña escala puedan beneficiarse de las nuevas tecnologías.
Debemos permanecer centrados en nuestro objetivo
En los años que trabajé en el sector de las finanzas y el desarrollo, aprendí que aunque las estrategias cambian en respuesta a un contexto mundial en constante evolución, siempre debemos permanecer fieles a nuestra misión principal. El FIDA tiene que seguir centrado en su objetivo de apoyar a los productores en pequeña escala en el proceso de transformación de las economías y los sistemas alimentarios, lo cual también tiene sentido desde una perspectiva económica.
Labor de promoción
Habida cuenta de la magnitud de los desafíos mundiales, trabajaré arduamente con todos ustedes para obtener los recursos que el FIDA necesita para duplicar su impacto en las comunidades rurales más pobres de todo el mundo para 2030. En el FIDA, trabajamos en estrecha colaboración con la población rural para hacer eco de sus opiniones, fomentar su resiliencia y defender sus soluciones. Juntos, podemos construir un futuro saludable y sostenible para todos.
Ya contamos con instituciones para hacer frente a la pobreza y con los conocimientos necesarios para reducir las desigualdades. Lo que necesitamos es movilizar recursos y aunar esfuerzos con la comunidad internacional. Somos mucho más que la suma de nuestras partes, y las oportunidades ante lo que podemos lograr juntos suponen una gran motivación y una fuente de inspiración para mí al asumir este nuevo cargo.
Fecha de publicación: 03 octubre 2022