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Oportunidades de actuación en el ámbito de las políticas en el Cercano Oriente, África del Norte, Asia Central y Europa Central y en el resto del mundo

Tiempo estimado de lectura: 6 minutos

Con demasiada frecuencia, el camino hacia el desarrollo sostenible se ve bloqueado por políticas y leyes obsoletas. Por ejemplo, una normativa sobre el uso de la tierra o una ley en materia de asociación comercial anticuadas pueden obstaculizar en gran medida el progreso en las zonas rurales.

En un mundo en rápida evolución, que afronta simultáneamente el surgimiento de numerosos y nuevos desafíos, los Gobiernos deben ser diligentes y eficientes a la hora de actualizar sus políticas y su legislación. Si el mundo ha de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, deberá disponer de un entorno propicio que sea flexible y tenga capacidad de respuesta. Para lograr una transformación socioeconómica sostenible, las políticas obsoletas deberían reformarse e integrarse, particularmente en el contexto rural. Ha llegado el momento de abogar por políticas que aceleren la transformación de la economía rural, ofrezcan oportunidades de generación de ingresos para las mujeres, mejoren la capacidad de los agricultores para hacer frente a los cambios del clima y hagan que las zonas rurales resulten más atractivas para los jóvenes con ambiciones.

Se puede afirmar con seguridad que el FIDA ocupa una posición sin parangón para colaborar con los Gobiernos y promover políticas y leyes que beneficien a las zonas rurales. Es el único organismo de las Naciones Unidas clasificado como institución financiera internacional (IFI), y la única IFI que se dedica especialmente a la agricultura y el desarrollo rural. Casi todos los proyectos del FIDA se ejecutan por conducto de los Gobiernos, lo que convierte al FIDA en un asociado gubernamental de confianza en lo que respecta al desarrollo rural. Los proyectos respaldados por el FIDA a menudo ponen a prueba intervenciones innovadoras y generan conocimientos basados en datos empíricos; además, su ámbito de actuación y magnitud suelen ser amplios, lo que significa que pueden servir como buena referencia para las mejores prácticas y las enseñanzas extraídas. Por último, el proceso de descentralización del FIDA ha brindado una serie de oportunidades para mejorar sus operaciones en todo el mundo. Además de una mayor proximidad con los proyectos en curso, una mayor visibilidad y la posibilidad de fomentar asociaciones a nivel subregional, la descentralización también ha ampliado la plataforma de actuación en el ámbito de las políticas tanto a nivel nacional como regional.

La ampliación de la labor del FIDA en materia de políticas en la región del Cercano Oriente, África del Norte, Asia Central y Europa Central

Tras reconocer la importancia de la actuación en el ámbito de las políticas, recientemente el FIDA ha estado intensificando su vinculación con la labor en materia de políticas, tanto mediante proyectos como mediante actividades no crediticias, en particular en toda la región del Cercano Oriente, África del Norte, Asia Central y Europa Central.

En Túnez, el FIDA presta apoyo en la elaboración de una estrategia sobre los pastizales ayudando en la redacción de un documento estratégico sobre su gestión sostenible en el marco de dos de sus proyectos en curso. En Georgia, el FIDA está trabajando en el plan nacional de adaptación al cambio climático para el sector agrícola, en la evaluación del impacto de las reglamentaciones para el proyecto de ley sobre rompevientos y en el proyecto de ley sobre protección del suelo. De manera similar, en Moldova se está planificando un marco reglamentario para las instituciones financieras privadas, para lo cual el FIDA está en condiciones de participar. Y en Egipto, en el marco del Programa de Transformación Sostenible para la Resiliencia Agrícola en el Alto Egipto (STAR) se elaborará un documento normativo sobre la incorporación de la agricultura digital, en consonancia con las prioridades del país y la Estrategia del FIDA de Tecnología de la Información y las Comunicaciones para el Desarrollo.

Los esfuerzos del FIDA en ese sentido ya han comenzado a cosechar sus primeros frutos. En Tayikistán, por ejemplo, en 2019 se actualizó la legislación en materia de pastos como consecuencia de la celebración de una serie de mesas redondas y debates públicos, en colaboración con el Ministerio de Agricultura y el Parlamento.

Aparte de estas perspectivas locales, el FIDA también ha actuado a nivel regional. El Foro Regional de la región del Cercano Oriente, África del Norte, Asia Central y Europa Central, que se celebra cada tres años, ha sido durante mucho tiempo una plataforma importante en la que se propicia el intercambio de ideas y la transferencia de conocimientos entre las unidades de gestión de los proyectos de diversos países. Al mismo tiempo, la colaboración del FIDA con la Organización Internacional del Trabajo ha permitido realizar considerables progresos en materia de igualdad de género en las zonas rurales del Oriente Medio y África del Norte gracias a la mejora del sistema de seguimiento y evaluación. La iniciativa ha ayudado a mejorar la capacidad de medición de los resultados, en particular en términos de empoderamiento de la mujer, mediante la utilización de instrumentos como el índice de empoderamiento de la mujer en la agricultura; el apoyo a la investigación sobre el impacto de las intervenciones en materia de género y empleo en las mujeres rurales, y el inicio de un diálogo sobre políticas dirigido a los Gobiernos, los empleadores y los trabajadores con miras a divulgar las conclusiones.

El FIDA también está dispuesto a contribuir a las iniciativas regionales en colaboración con otros organismos de las Naciones Unidas, especialmente los otros organismos con sede en Roma. En la actualidad, el Fondo forma parte de un marco estratégico en la región árabe para el logro del hambre cero, junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos, la Liga de los Estados Árabes y la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental. Asimismo, actúa como la principal plataforma de intercambio de conocimientos de la Iniciativa contra la Escasez de Agua de la FAO, cuyo objetivo es garantizar la complementariedad y la unidad de los esfuerzos en toda la región. El FIDA también está contribuyendo a la elaboración de la Segunda Perspectiva Mundial sobre el Medio Ambiente para la Región Árabe, liderada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, con el fin de garantizar que la agricultura y el desarrollo rural ocupen un lugar destacado como esferas prioritarias para la región.

Otras oportunidades de actuación en el ámbito de las políticas

Las políticas vigentes a nivel nacional y regional siguen topándose con dificultades derivadas de acontecimientos actuales y emergentes como el cambio climático y la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Sin embargo, con cada nuevo desafío surge una nueva oportunidad.

Dado que ya han transcurrido cinco años desde que se anunció la Agenda 2030, muchos Gobiernos tratarán de revisar sus políticas (entre ellas las políticas en materia de agricultura y desarrollo rural) a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto representa una gran oportunidad para que el FIDA influya en los cambios introducidos en esas políticas a través de sus proyectos en curso y recientemente diseñados.

Actualmente también se está desarrollando la nueva generación de contribuciones determinadas a nivel nacional, que constituye el compromiso de cada país de alcanzar los objetivos fijados en el Acuerdo de París. Cada nuevo conjunto de contribuciones representa una oportunidad para que el FIDA siga resaltando no solo la necesidad de una adaptación al clima y mitigación de sus efectos sobre el sector agrícola, sino también la inclusión de otras esferas clave de su labor, como la promoción de dietas sostenibles, como pilares de la acción por el clima.

Por último, la crisis de la COVID-19 ya ha provocado grandes cambios en las políticas económicas, sociales y sanitarias, con consecuencias para todos los sectores. Las soluciones a corto plazo, como el Mecanismo de Estímulo del FIDA para la Población Rural Pobre, están en este momento ayudando a los países a hacer frente a la crisis. No obstante, en última instancia, el compromiso político a largo plazo será la clave para ayudar a las economías rurales a recuperarse de los efectos de la crisis y a reconstruir para mejorar.

Obtenga más información sobre el enfoque del FIDA relacionado con la actuación en el ámbito de las políticas (disponible en inglés).