China’s remaining challenges in reducing poverty

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Los desafíos pendientes de China en materia de reducción de la pobreza

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos
©FIDA/Qilai Shen

China - Programa de Reducción de la Pobreza

El año que viene, China espera anunciar que ha erradicado la pobreza extrema.

Esto representaría un logro único si se tiene en cuenta que, hace solo 40 años, el 90 % de la población —más de 800 millones de personas— vivía por debajo del umbral de pobreza. Ningún otro país ha sido nunca capaz de sacar de la pobreza a un número tan grande de personas en un período de tiempo tan relativamente corto.

De hecho, un logro de estas características sería un motivo de celebración; sin embargo, el fin de la pobreza absoluta no significa que la labor de China haya concluido. Estos son, en mi opinión, los cinco principales desafíos a los que China tendría que enfrentarse después de 2020.

  1. Establecer un nuevo umbral de pobreza

Para 2020, se espera que en China nadie viva con menos de USD 1,90 al día, el umbral internacional de pobreza absoluta. Sin embargo, según la Comisión sobre la Pobreza Mundial, si se adoptara el umbral de pobreza de USD 3,20 por día (el umbral típico de pobreza en los países de ingresos medianos bajos), 96 millones de personas —el 7 % de la población del país— seguirían viviendo por debajo de ese umbral. Es más: si se adoptara el umbral de pobreza típico de los países de ingresos medianos altos, es decir, USD 5,50 por día, 373 millones de personas —el 27 % de la población— seguirían viviendo en la pobreza. Sea cual fuere el nuevo umbral de pobreza que se adopte, una parte considerable de la población seguirá necesitando ayuda.

En los años posteriores a 2020, el desafío principal para China será contribuir a la superación de estos umbrales.

  1. Reducir las vulnerabilidades y evitar que los que hayan salido de la pobreza vuelvan a caer en ella

Aunque todas las personas que actualmente viven por debajo del umbral de pobreza lograran superarlo para 2020, seguirían siendo vulnerables a las perturbaciones. Las enfermedades u otros imprevistos, la pérdida de un empleo o los largos períodos de desempleo, los costos de la educación de los hijos, los fenómenos climáticos desfavorables o las fluctuaciones en los precios de los productos básicos —en particular para los hogares que se dedican a la agricultura— pueden sumir fácilmente a este segmento de la población en la pobreza.

De manera similar, las personas que se encuentren justo por encima del umbral de pobreza, y que por lo tanto no se hayan incluido en los amplios programas de reducción de la pobreza ejecutados en el país en los últimos años, podrán ser igualmente vulnerables a las mismas perturbaciones y correr el mismo riesgo de caer en la pobreza.

Hacer que estas dos categorías de personas sean más resilientes a las perturbaciones y evitar que vuelvan a caer en la pobreza —o, en otras palabras, asegurar la sostenibilidad a largo plazo de los logros en materia de reducción de la pobreza— es el segundo desafío al que el país deberá hacer frente en los próximos años.

  1. 3. Reducir las desigualdades

La desigualdad (entre las zonas urbanas y rurales, entre las provincias occidentales y costeras, entre los condados más ricos y los más pobres de la misma provincia, y entre los diferentes grupos de la sociedad —siendo las mujeres, las personas mayores, los niños, las personas con discapacidad y las minorías étnicas los grupos más vulnerables) seguirá existiendo después de 2020.

A pesar del rápido crecimiento de los ingresos de los agricultores, según el Boletín de Estadísticas sobre Desarrollo Económico y Social Nacional de 2018, los ingresos medios en las zonas urbanas siguen siendo casi tres veces superiores a los de las zonas rurales. Según la Oficina Nacional de Estadística, los ingresos medios de la región oriental de China siguen siendo casi dos veces superiores a los de la región occidental, y los ingresos medios de los "condados pobres designados a nivel nacional" son inferiores en más de un 30 % a los ingresos nacionales medios de las zonas rurales. Los datos del Proyecto Chino de Ingresos Familiares indican que los ingresos medios de las mujeres son un 20 % inferiores a los de los hombres.

Aunque, según el Banco Mundial, el valor del coeficiente Gini en China (el coeficiente que mide la desigualdad en una sociedad) ha venido disminuyendo desde 2010, lo que indica que se han producido algunas mejoras en lo que respecta a la igualdad en la sociedad, su valor sigue siendo relativamente alto (38,6), un valor considerablemente superior al de hace 40 años, lo que confirma que la desigualdad sigue siendo un problema importante en la China actual.

  1. Hacer que los logros en materia de reducción de la pobreza sean financieramente sostenibles

La carga financiera que las iniciativas encaminadas a reducir la pobreza han supuesto para las finanzas públicas ha sido enorme.

Según el Ministerio de Finanzas, se estima que en los últimos tres años el Gobierno ha gastado más de RMB 1 billón (unos USD 150 000 millones) en programas de reducción de la pobreza, y que el porcentaje de gasto fiscal que en 2018 se destinó a ese ámbito alcanzó el 2,20 %.

Aunque este esfuerzo estaba ciertamente justificado por la búsqueda de la meta social más elevada, también exigía una gran cantidad de recursos públicos para la reducción de la pobreza.

Hacer que los logros en materia de reducción de la pobreza sean financieramente sostenibles, es decir, sostenibles sin que se dependa en gran medida de la inyección de recursos públicos, es el cuarto desafío para China después de 2020.

  1. Fomentar el desarrollo de zonas rurales

Para China es moralmente imperativo abordar el problema de la pobreza rural y proporcionar a toda la población rural los ingresos mínimos necesarios para satisfacer las necesidades mínimas de subsistencia. La reducción de la pobreza en las zonas rurales de China se ha visto impulsada gracias al proceso de industrialización y a las consiguientes oportunidades de empleo en los sectores manufacturero y de servicios, lo que ha dado lugar a una migración masiva de la población de las zonas rurales a los centros urbanos. Actualmente, menos de la mitad de la población de China vive en zonas rurales, donde, en su mayoría, está compuesta por ancianos, mujeres, niños y personas enfermas o con discapacidad.

El próximo desafío para China es seguir fomentando el desarrollo de las zonas rurales, tanto económica como socialmente, de modo que atraigan a la gente a vivir en ellas. Este debería ser el objetivo a medio y largo plazo que la sociedad china debería fijarse en 2020 para las próximas décadas.