Uganda
El contexto
Durante los últimos dos decenios, Uganda ha experimentado un notable crecimiento económico y una disminución significativa de la pobreza. La economía del Uganda creció más del 5 % en 2022, mientras que el sector de la agricultura, la silvicultura y la pesca creció casi un 5 %.
A pesar de esto, en el medio rural aproximadamente una de cada cuatro personas vive en condiciones de pobreza, mientras que en las zonas urbanas la proporción es poco más de una de cada 10 personas.
En Uganda, siete de cada 10 personas en edad de trabajar lo hacen en el sector agrícola, que representa el 24 % del producto interno bruto. La agricultura es una fuente importante de ingresos para las personas que carecen de una educación académica.
La densidad de población del país casi se ha duplicado en los últimos 20 años y se prevé que lo vuelva a hacer en los próximos 20. El país tiene un índice de dependencia muy elevado y en aumento, ya que la población activa, que es relativamente poca, sostiene a una elevada proporción de jóvenes y ancianos.
El rápido crecimiento demográfico del país y su dependencia de sectores sensibles al clima, como la agricultura y la silvicultura, lo hacen sumamente vulnerable al cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías prolongadas, las inundaciones y los corrimientos de tierras.
La estrategia
El FIDA trabaja para aumentar los ingresos de la población rural pobre, en particular de los agricultores en pequeña escala con capacidad para comercializar sus actividades económicas y los hogares extraordinariamente vulnerables con opciones limitadas de sustento y que generalmente quedan al margen de las iniciativas de desarrollo.
Los objetivos estratégicos del FIDA en Uganda son:
apoyar el aumento de la producción, la productividad, la adición de valor, la competitividad y la inclusión de los agricultores en pequeña escala en determinadas cadenas de valor;
fortalecer la sostenibilidad ambiental y la resiliencia al cambio climático de la población rural pobre, y
potenciar el fomento de medios de vida sostenibles para las personas marginadas y pobres, en especial las mujeres y los jóvenes.