El reto

Los productores en pequeña escala, así como sus familias y comunidades, están viéndose afectados por el hambre y la inseguridad alimentaria causadas por los sistemas alimentarios insostenibles. En 2017, unos 3 000 millones de personas no podían permitirse una dieta saludable y diversa. Los regímenes alimentarios insuficientes y la malnutrición, junto con la crisis climática, la pérdida de biodiversidad, la degradación de los recursos naturales y la fragilidad de los ecosistemas, suponen un desafío para los actuales sistemas alimentarios, y exigen una transformación audaz. 

La oportunidad

La agroecología consiste en la adopción de un prometedor enfoque integrado y holístico para la transformación de los sistemas alimentarios, que aborde de manera sistémica las cuestiones ligadas a la alimentación y los sistemas de producción y comercialización agrícola, en el marco de un entorno propicio en materia de políticas. Las organizaciones de productores, incluidas las explotaciones familiares, los campesinos, los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales, cada vez están adoptando más las prácticas agroecológicas para conservar y proteger de manera sostenible la biodiversidad y los recursos naturales, desarrollar conocimientos a través de la creación conjunta y el intercambio, y mejorar la gobernanza. 

Definidos por Los 10 elementos de la agroecología, los enfoques agroecológicos empoderan a los productores en pequeña escala, en especial a las mujeres y los jóvenes, pues refuerzan su participación a la hora de dar forma a sistemas alimentarios sostenibles. 

En torno al 60 % de todos los proyectos del FIDA concluidos entre 2018 y 2023 aplican prácticas agroecológicas a nivel de las explotaciones agrícolas, los paisajes, el mercado y las políticas. A menudo, están vinculados a las iniciativas de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos promovidas en el marco del Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala del FIDA.