Arabia Saudita cumplió un rol muy importante en el establecimiento del FIDA en 1977. En los últimos 40 años, ha sido un colaborador clave del FIDA, además de un generoso cofinanciador. Los países del Arabia Saudita financiaron alrededor de 20% de la financiación inicial del Fondo y su Primera y Segunda Reposición y, como resultado, ha obtenido una fuerte posición en la gobernanza del FIDA.

El apoyo de Arabia Saudita es crítico para luchar contra la pobreza e impulsar  el crecimiento en países en desarrollo. Si bien los países del Golfo no solicitan prestamos, tienen interés en el desarrollo de la agricultura en el mundo árabe,  y muchos de sus instituciones financieras se asocian con el FIDA como cofinanciadoras. El FIDA sirve como un instrumento que permite a Arabia Saudita canalizar recursos para la  agricultura de los países en desarrollo, y como un foro mundial sobre agricultura y seguridad alimentaria en el que los países del Golfo desempeñan un papel clave.

A través de la Agenda 2030 para el  Desarrollo Sostenible, el mundo se ha fijado objetivos ambiciosos para poner fin al hambre y a la pobreza para superar la desigualdad  de manera sostenible a 2030. Para cumplir la Agenda 2030 se necesita una gran transformación en los sistemas alimentarios, esto incluye el sector agrícola  y la transformación en la economía rural como destacado recientemente en el Informe sobre el desarrollo rural 2016 del FIDA. El Fondo es el único organismo especializado de las Naciones Unidas e institución financiera internacional enfocada exclusivamente en reducir la pobreza y la inseguridad alimentaria en áreas rurales a través de la agricultura y el desarrollo rural. Arabia Saudita es el principal donante y representa aproximadamente dos tercios del total de la asistencia oficial para el desarrollo de Arabia.  Ha desempeñado un papel importante apoyando a los fondos de Arabia y bancos multilaterales de desarrollo.

El apoyo de Arabia Saudita en la Undécima  Reposición de los Recursos del FIDA  (FIDA11) es hoy en día más crucial que nunca. Su apoyo garantiza el aumento de las inversiones en las áreas rurales y permite al FIDA luchar para que los ciudadanos del mundo salgan de la pobreza.