Debemos esforzarnos más para frenar la obesidad y el sobrepeso en los países de ingreso bajo y mediano

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Debemos esforzarnos más para frenar la obesidad y el sobrepeso en los países de ingreso bajo y mediano

Tiempo estimado de lectura: 3 minutos
© FAO/Nozim Kalandarov

La alimentación saludable es uno de los pilares de la buena salud. Sin embargo, en un mundo donde los sistemas alimentarios son defectuosos y la alimentación es deficiente, las comunidades de los países de ingreso bajo y mediano se están enfrentando a una creciente amenaza para la salud: el sobrepeso y la obesidad.

Aunque un tiempo se consideraba un problema de los países de ingreso alto, actualmente alrededor del 70 % de las personas con sobrepeso u obesidad vive en países de ingreso bajo y mediano. En consecuencia, estas poblaciones tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades no transmisibles como diabetes, enfermedades respiratorias crónicas y cardiopatías coronarias. Casi el 80 % de todas las muertes debidas a enfermedades no transmisibles se producen en países de ingreso bajo y mediano.

Este es el motivo por el que nuestros proyectos están diseñados con una perspectiva que tiene en cuenta la nutrición, esto es, para asegurar que la población rural pueda cultivar y consumir alimentos diversos, nutritivos, inocuos y asequibles, y frenar el aumento de la obesidad y el sobrepeso.

Sin embargo, se debe seguir trabajando. A continuación se indican cuatro ámbitos en los que el FIDA puede seguir combatiendo el aumento de la obesidad y el sobrepeso en todo el mundo y, especialmente, entre las comunidades rurales de los países de ingreso bajo y mediano.

1. Inversión y participación del sector privado

Si bien la estrategia del FIDA en materia de nutrición aborda tanto la hipernutrición como la desnutrición, nuestras inversiones tienden a centrarse más en la última.

Es importante que prestemos la misma atención a ambas y que integremos la obesidad y el sobrepeso de forma más sistemática en el diseño de las inversiones del FIDA, en particular en los países en los que el número de personas afectadas está aumentando rápidamente.

Debemos destinar la financiación en favor de la transformación de los sistemas alimentarios a fomentar la producción y el consumo de alimentos saludables, en particular los de agricultores en pequeña escala, que son quienes más necesitan nuestro apoyo. Una de las formas de hacerlo es crear alianzas más fuertes con el sector privado, cuyo trabajo en los sistemas alimentarios es considerable.

2. La diversidad es la clave

El consumo de alimentos altamente procesados, alimentos preelaborados y comidas rápidas está aumentando y contribuyendo a la aparición de afecciones relacionadas con la alimentación. Debemos seguir fomentando la diversificación de la producción alimentaria en los programas apoyados por el FIDA.

Los productos amiláceos, como el trigo, al arroz y la yuca, suelen ser menos caros y, por consiguiente, más demandados, pero la diversidad es la clave y es importante respaldar las políticas que apoyen la producción de frutas y hortalizas.

3. La importancia de los datos

Para abordar satisfactoriamente el sobrepeso y la obesidad, necesitamos datos abundantes y actuales. Solo así podremos evaluar debidamente la eficacia de nuestras intervenciones para limitar el sobrepeso y la obesidad. Los datos nos darán una idea clara de nuestros logros, así como de los ámbitos en los que podemos mejorar y servirán de información para los encargados de formular políticas.

4. Los gobiernos, la sociedad civil y las asociaciones

Se espera que en los próximos 15 años, el costo anual total del sobrepeso y la obesidad en los países de ingreso bajo y mediano llegue a los 7 billones de dólares estadounidenses; sin embargo, la mayoría de las políticas públicas sigue dando prioridad a la malnutrición.

Es importante que los gobiernos y todas las partes interesadas trabajen juntas para desalentar y revertir el aumento del sobrepeso y la obesidad dando más espacio a los alimentos más saludables en el mercado.

La obesidad y el sobrepeso están relacionados con más muertes en todo el mundo que la falta de peso, pese a ser ambos evitables en buena medida. Debemos actuar ahora y trabajar juntos para adaptar nuestras estrategias y esfuerzos a esta nueva realidad y apoyar a las comunidades rurales para que les resulte fácil elegir alimentos más saludables y practicar actividad física de forma regular.