Una alimentación saludable para una población saludable en Laos

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Una alimentación saludable para una población saludable en Laos

Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

© IFAD/Ilaria Bianchi

La diversidad alimentaria es un gran problema en algunas partes del norte de la República Democrática Popular Lao. Muchas familias rurales consumen de forma habitual tan solo cuatro de los principales 10 grupos de alimentos, de los que el arroz es el ingrediente principal de las comidas. A pesar de consumir productos hortalizas de hoja de producción local, las madres apenas las utilizan para alimentar a sus hijos pequeños, lo que da lugar a un alto índice de retraso en el crecimiento y carencias de micronutrientes. 

Por ese motivo, el Programa Agricultura para la Nutrición, financiado por el FIDA, trata de combatir la malnutrición y la pobreza rural mediante la educación y la capacitación agrícola en materia de diversificación de la producción y el fortalecimiento de los vínculos con los mercados.  

Los resultados hablan por sí solos. Entre 2016 y 2022, el Programa Agricultura para la Nutrición permitió mejorar la seguridad alimentaria de más de 31 000 hogares y la diversidad alimentaria de casi 35 000 mujeres y aumentar un tercio los ingresos de 20 000 hogares.  

Capacitación en materia de nutrición  

Para abordar el hecho de que tres de cada cinco niños menores de cinco años padecieron retraso del crecimiento, el Programa Agricultura para la Nutrición estableció la escuela de nutrición para agricultores, en la que se formó a las mujeres en materia de nutrición, planificación familiar y agricultura.  

A las mujeres embarazadas que se formaron en esta escuela se les concedió la beca Green Gardens, con la que pudieron crear huertas y criar pequeños animales a fin de diversificar su alimentación y vender el excedente para mejorar sus ingresos.  

En muchos hogares del norte del Laos, la dieta estaba compuesta principalmente por arroz. Este era el caso de Si Phut antes de inscribirse en la escuela de nutrición para agricultores y recibir una beca Green Garden con la que hizo su primera inversión. Si Phut compró siete pollos, pienso y semillas y creó un huerto familiar. Su pequeña actividad de cría de pollos y producción de huevos tuvo tanto éxito que pudo reinvertir sus ingresos en la compra de patos y la construcción de una nueva vivienda con su marido.  

Ahora Si Phut tiene los conocimientos nutricionales necesarios para mejorar la dieta de su familia.  

“Antes de ingresar en la escuela de nutrición para agricultores, no conocía la importancia de consumir hortalizas y diversificar la alimentación. A veces, podía estar un día entero comiendo solo arroz”, afirma la joven madre de un niño. “Mi hijo ha crecido fuerte y sano, y no se enferma nunca”. 

Aprender del pasado para mirar al futuro 

La formación impartida en el marco del Programa Agricultura para la Nutrición ayudó a madres como Mesa a identificar la malnutrición. © IFAD/Ilaria Bianchi

En la aldea de Lao Kou Mai, Mesa aprendió la importancia de diversificar la dieta. “Asistí a demostraciones culinarias y aprendí a reconocer los signos de la malnutrición infantil”, cuenta la madre de dos hijos.  

“Antes de participar en el Programa no nos lavábamos las manos antes de comer y de cocinar y no hervíamos el agua antes de beberla”, afirma Mesa. 

Habida cuenta del éxito del proyecto, se anunció una segunda fase en 2022. El equipo está comprometido a mejorar el alcance del programa seleccionando a un grupo más diverso de mujeres, construyendo infraestructuras resistentes al clima y adoptando un enfoque transformador en materia de género en todos los componentes del proyecto.