Utilizar la financiación mundial en pro del desarrollo rural

En 2015, los países del mundo prometieron erradicar la pobreza y el hambre para 2030 y crear un futuro lleno de oportunidades para todas las personas en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Sin embargo, al día de hoy, las personas más pobres del mundo que residen en el medio rural se enfrentan a la realidad de que el cambio climático está agravando su vulnerabilidad, perturbando los patrones agrícolas y obstaculizando sus medios de subsistencia. La inseguridad mundial y el aumento de los precios están haciendo que muchas personas no puedan acceder a una alimentación nutritiva.

Los fondos disponibles en todo el mundo no alcanzan para dar respuesta a esos desafíos cada vez mayores, mientras los Gobiernos intentan atender por todos los medios las múltiples crisis simultáneas.

En la actualidad, los países en desarrollo se enfrentan a un déficit abrumador, valorado en 4 billones de dólares de los Estados Unidos, en las inversiones a favor del desarrollo sostenible. Y las personas de las zonas rurales serán las más afectadas.

En 2020, una investigación financiada por el FIDA demostró que los pequeños productores de los países en desarrollo apenas recibían el 1,7 % de la financiación para el clima disponible, a pesar de enfrentarse en primera línea al cambio climático. 

Los Gobiernos y la asistencia oficial para el desarrollo no pueden suplir ese déficit. Sin embargo, el FIDA está ideando nuevas formas de acceder a la financiación que esté al alcance de las poblaciones rurales y contribuyan al desarrollo sostenible.

Abriendo camino a la inversión socialmente responsable

En 2021, el FIDA se convirtió en el primer Fondo de las Naciones Unidas —y el único de sus órganos y organismos especializados, a excepción del Banco Mundial— en participar en los mercados de capital y emitir bonos de desarrollo sostenible.

En 2022 y 2023, el FIDA movilizó el equivalente a 344 millones de dólares a través de cuatro colocaciones privadas sostenibles que se emitieron para financiar los proyectos que ejecuta en los Estados Miembros, a saber:

• Un bono de 100 millones de dólares que adquirió Folksam, un fondo de pensiones y seguros de Suecia.
• Un bono de 50 millones que adquirió Dai-ichi Frontier Life, una compañía de seguros de vida del Japón.
• Una colocación privada por valor de 65 millones de euros que adquirieron Hamburger Pensionskasse y otros tres fondos de pensiones de Alemania.
• Una colocación privada por valor de 115 millones de euros que adquirió Amundi Asset Management, el mayor gestor de activos de Europa.

A su vez, esos fondos atraerán aún más recursos, ya que, por cada dólar financiado, el FIDA moviliza 1,40 dólares de otras fuentes, como los Gobiernos de los países con los que trabaja y otros asociados para el desarrollo.

Y esto es solo el principio. En noviembre de 2023, el Fondo comenzó a cotizar en la Bolsa de Londres, lo que reforzó su reputación como emisor de bonos sostenibles, al tiempo que prosigue su labor en beneficio de los más necesitados, esto es, las comunidades rurales de todo el mundo.

¿Cómo contribuyen los bonos sostenibles del FIDA a la consecución de los ODS?

Los bonos sostenibles del FIDA brindan a los inversores privados la oportunidad de financiar los proyectos de desarrollo. A través de sus operaciones, el FIDA respalda 16 de los 17 ODS.

Quienes invierten en estos bonos no solo saben que su dinero se destinará a erradicar el hambre y la pobreza en las zonas rurales, sino que además tienen la garantía de estar invirtiendo en un fondo al que las dos principales agencias de calificación crediticia han otorgado la calificación de AA+, gracias a su sólida estructura de capital.

¿A qué se destinan esas inversiones?

El FIDA tiene la determinación de publicar un informe sobre el impacto, de periodicidad anual, en el que se explique la manera en que los recursos que se reciben a través de la emisión de bonos se invierten a favor de las personas de las zonas rurales.

Por ejemplo, los dos bonos sostenibles emitidos en 2022 se utilizarán para respaldar un conjunto de proyectos que está previsto que beneficien a 1,9 millones de personas. A continuación, figuran algunos de los efectos positivos que se espera tener en las poblaciones rurales:

• 124 000 personas tendrán acceso a servicios de información sobre el clima.
• Más de 33 000 hogares adoptarán prácticas y tecnologías sostenibles desde el punto de vista ambiental y resilientes al clima.
• 66 297 hogares recibirán apoyo específico para mejorar su estado nutricional.
• 19 500 hectáreas de tierras agrícolas contarán con infraestructuras hídricas nuevas o rehabilitadas.
• 105 000 hectáreas de tierras serán objeto de prácticas resilientes al clima.

El camino para alcanzar los ODS nunca ha parecido tan incierto. Sin embargo, al abrirse a las inversiones privadas responsables, el FIDA garantiza la prosperidad y el desarrollo sostenible para todas las personas.

Fecha de publicación: 21 noviembre 2023