Novedades

El desarrollo abarca una amplia gama de medidas que permiten a las personas, las comunidades y las naciones prosperar incluso después de que los proyectos hayan concluido.

En el noreste de Brasil, como en muchos otros lugares del mundo, el trabajo de las mujeres rurales es a menudo invisible.

La COVID-19 ha perturbado los sistemas agrícolas y alimentarios del mundo, así como los medios de vida y la seguridad alimentaria de las comunidades rurales más pobres.

En 2016, el Proyecto de Mejora de los Sectores Agrícola y Rural en Yunnan, financiado por el FIDA, se asoció con la Federación de Mujeres del Distrito de Qujing Zhanyi para transformar el arte del bordado tradicional en una nueva fuente de ingresos y empleo. En Qujing, situado en la multiétnica provincia de Yunnan, vive el grupo étnico Yi, cuya población asciende a unos 300 000 habitantes.

Victoria Muteti, una agricultora keniana de 44 años que vive en el condado de Makueni y que tiene muchas razones para estar satisfecha. A inicios de este año, pudo cosechar más de 2.500 kilogramos de sorgo en su granja de 2,5 acres, mucho más que los 1.000 kilogramos que cosechó en 2019.

Antes de que comenzara la pandemia de COVID-19, más de 820 millones de personas padecían hambre. Decenas de millones más se les unirán si no adoptamos las medidas adecuadas y con rapidez. En particular, se está poniendo a prueba la resiliencia de los productores en pequeña escala y la comunidad internacional tiene que dar un paso adelante para ayudarles, a fin de evitar una crisis alimentaria mundial.

La experiencia del pasado nos dice que se necesita un apoyo rápido y adaptado para asegurar que los impactos de nuestros proyectos estén protegidos de los efectos de la crisis de COVID-19.

Es fácil perder de vista el panorama general cuando se requiere una acción urgente para responder a la tragedia humana que está causando la COVID-19.

La malnutrición causa problemas de salud y pérdidas en la productividad económica, incluso pérdidas en el PIB. A lo largo de sus vidas, las personas malnutridas pueden ganar un 10% menos que quienes están bien alimentados.

Pierre Kanyarwanda, productor rwandés de 47 años de edad, es entusiasta. En los últimos cinco meses ha llevado más dinero a casa aplicando sus recién conocimientos adquiridos en sericultura (cría de gusanos de seda).

Climate change is affecting global food systems in such a way that those who already suffer from hunger and undernutrition are also the most vulnerable to the added threats from climate change.

El rápido crecimiento económico de China le ha reportado numerosos beneficios, pero también diversos desafíos. La creciente urbanización, la vulnerabilidad ambiental, el envejecimiento de la población y la migración interna de los hombres jóvenes han aumentado la presión sobre los sistemas de producción agrícola.

Apoyar los pequeños agricultores del Perú a superar las dificultades ocasionadas por el cambio climático y los años de abandono.

Thabo Lefatle, es productor de hortalizas y dueño de su propia granja ubicada en el distrito de Mafeteng de Lesotho, al sur de la capital, Maseru. Thabo es uno de los 55,000 pequeños agricultores en Lesotho que solicitaron y obtuvieron donaciones públicas.

Los Jakún son el grupo étnico más importante de los Orang Asli, un grupo indígena de Malasia. Este pueblo guarda una maravillosa relación con los bosques; cuidándolos y utilizando solo aquello que necesitan para vivir.

Saran Condé tiene 30 años y es una pequeña agricultora que vive en la aldea de Salya en la región de Faranah en Guinea. Sus competencias agrícolas han mejorado y su productividad ha aumentado desde que se incorporó a una huerta comunal respaldada por el FIDA.

En 1992, Khadim Thiam abrió un pequeño taller en Tambacounda (Senegal) para fabricar equipos agrícolas como: azadas, sembradoras, arados y carretas de tracción animal.

A causa de la discriminación que un grupo de mujeres guatemaltecas venía sufriendo por parte de la cooperativa dirigida por hombres, en 2010, estas mujeres se armaron de coraje y formaron "4Pinos", su propia cooperativa agrícola. El FIDA respaldó este esfuerzo, que en la actualidad emplea a casi 500 mujeres y ha llegado a ser un modelo empresarial autosuficiente. Los productos de esta cooperativa agrícola hoy en día se exportan fuera de Guatemala a distribuidores internacionales.

El Programa de Desarrollo de las Cadenas de Valor en Nigeria, financiado por el FIDA, brinda apoyo a los pequeños productores de yuca y arroz mediante un enfoque basado en cadenas de valor con el fin de mejorar la productividad, promover la elaboración de productos agrícolas y aumentar el acceso a los mercados. Con este programa se pretende transformar el sector agrícola, incrementar los ingresos y crear puestos de trabajo.

Los consumidores están cada vez más interesados en saber si las marcas de los alimentos y las bebidas que consumen hacen un bien social y ambiental, esto incluyen que los pequeños agricultores hagan lo correcto en las cadenas mundiales de suministro de alimentos.

More school children are eating well because of Rekha, a business innovator in India who through a women’s cooperative is making nutrition bars with local rice.

Halimé Djimet is leading a collective of women in Chad to produce and market their sesame seed oil successfully.

Uno de los mayores desafíos a los que los pequeños agricultores deben enfrentarse es a falta de protección adecuada y rentable contra la volatilidad de los precios y los efectos relacionados con el clima en la producción.

Gracias al componente de negocios rurales del Proyecto de Reactivación de la Agricultura en Myanmar, se están creando establecimientos locales llamados "centros de conocimientos" en varias aldeas en Myanmar.