Brasil
El contexto
El Brasil es una importante potencial agrícola e industrial y la mayor economía de América Latina y el Caribe. Es el cuarto mayor productor agrícola en el mundo, el primer productor de café, caña de azúcar y cítricos y el segundo mayor productor de soja, carne de vacuno y aves de corral.
Desde principios de la década de 2000, el Brasil ha logrado avances significativos en materia de reducción de la pobreza. Entre 1992 y 2015, la prevalencia de la pobreza descendió del 35,8 % al 27,6 % de la población, mientras que la prevalencia de la pobreza extrema disminuyó del 7 % al 4 %. Aunque las condiciones económicas y sociales han mejorado considerablemente, el Brasil sigue siendo un país con grandes contrastes. La desigualdad es especialmente patente en las zonas rurales, sobre todo en la región semiárida del Nordeste.
En 2014, el Brasil sufrió la segunda peor recesión económica de su historia. Aunque empieza a haber signos lentos de recuperación, no se espera que la crisis remita antes de 2021, y los esfuerzos por reducir la pobreza y la desigualdad en todo el país se están viendo perjudicados. Datos recientes muestran que, entre 2017 y 2017, la población pobre aumentó del 25,7 % al 26,5 %, lo que significa que alrededor de 2 millones de personas han regresado a la condición de pobreza. Brasil es un país con acentuadas disparidades regionales y la región nordeste se caracteriza por tener una alta concentración de la pobreza, con un 44,8% de sus 57 millones de habitantes viviendo por debajo del umbral de pobreza y un 14,7 % en pobreza extrema. Brasil es un país con acentuadas disparidades regionales y la región nordeste se caracteriza por tener una alta concentración de la pobreza, con un 44,8% de sus 57 millones de habitantes viviendo por debajo del umbral de pobreza y un 14,7 % en pobreza extrema. Estas cifras difieren de manera considerable de las otras regiones del país que expresan los siguientes porcentajes de pobreza extrema: 2,9 % al sur, 3,6 % en el nordeste y 3,8 % al sureste. La única región que tiene valores similares es el Norte, con un 11,8 % de la población extremadamente pobre. Sin embargo, el Norte sólo tiene cerca de un tercio de la población del Noreste. Por lo tanto, la región Noreste se destaca con la mayor concentración de personas altamente vulnerables del país.
El sector agrícola ha desempeñado una función fundamental en la economía brasileña, y aunque solo representa el 5% del producto interno bruto (PIB) del país, es sumamente importante como generador de ingresos, empleo y divisas. La agricultura en pequeña escala representa el 85 % de las unidades de producción agrícola, genera hasta el 70% de la producción de alimentos básicos del país, da empleo a tres cuartas partes de la mano de obra agrícola y produce un tercio de los ingresos agrícolas.
Sin embargo, existe una fuerte dicotomía en el sector agrícola. Gran parte de su dinamismo se debe a la agricultura empresarial y a la producción de productos básicos destinados a la exportación, que se cosechan principalmente en las regiones del Sur, el Sudeste y el Centro-Oeste; por su parte, la agricultura familiar sigue caracterizándose por un escaso dinamismo económico y una elevada incidencia de la pobreza, sobre todo en el Nordeste y en la región Nordeste.
La estrategia
En el Brasil, las inversiones del FIDA se destinan a actividades de desarrollo rural en la región semiárida del nordeste del país, conocida como Sertão. El FIDA empezó a colaborar con el gobierno federal y los gobiernos de los correspondientes estados en la década de 1980.
Todos los proyectos respaldados por el FIDA en el país se centran en apoyar y promover la agricultura familiar. El objetivo es aumentar la producción y los ingresos de los agricultores familiares facilitando su acceso a servicios esenciales, fortaleciendo sus organizaciones y conectándolos con los mercados.
También se llevan a cabo actividades dirigidas a los grupos más marginados, como las comunidades indígenas y quilombola (Afrodescendientes), las familias asentadas tras la reforma agraria, las mujeres y los jóvenes.
Los proyectos respaldados por el FIDA son conocidos por proporcionar herramientas adecuadas a los agricultores familiares para prosperar en el entorno hostil del nordeste del Brasil.
Las principales actividades incluyen:
- métodos de producción orgánica y agroecológica y acceso a los mercados;
- técnicas de captación y conservación de agua, y
- metodologías de planificación participativa que aúnan la innovación y los conocimientos tradicionales y promover la participación plena e independiente de las mujeres y los jóvenes; y
- diálogo sobre políticas con las contrapartes nacionales
A lo largo de los años, las enseñanzas extraídas de las operaciones financiadas por el FIDA en el Brasil se han compartido con los funcionarios gubernamentales, los asociados para el desarrollo, la sociedad civil, el sector privado y los agricultores familiares por medio de foros de diálogo sobre políticas y del programa de intercambio de conocimientos Semear.
La creación de redes para ampliar la escala de las operaciones es una característica fundamental del programa del FIDA en el país. En la actualidad, la red de cooperación internacional del FIDA se está ampliando a asociados estratégicos, organismos de las Naciones Unidas e instituciones financieras brasileñas e internacionales.
Datos del país
Entre 1992 y 2015, el porcentaje de la población que vivía en situación de pobreza se redujo del 35,8 % al 7,6 %, pero comenzó a aumentar de nuevo en 2016 debido a la recesión económica.
El 85 % de los cinco millones de unidades de producción agrícola del país son explotadas por agricultores familiares. La agricultura familiar genera hasta el 70 % de la producción nacional de algunos alimentos básicos, da empleo a tres cuartas partes de la mano de obra agrícola y produce un tercio de los ingresos agrícolas.