Ecuador
El contexto
El Ecuador es un país de ingresos medianos cuya economía depende en gran medida del petróleo y la agricultura de exportación. En los últimos 10 años el país ha hecho notables esfuerzos por combatir la pobreza y la desigualdad por medio del aumento del gasto público y de importantes inversiones, en particular en infraestructuras, hospitales y escuelas, que han sido objeto de una impresionante modernización.
Sin embargo, la reciente desaceleración económica y la reducción de la demanda interna están poniendo en peligro estos logros, como demuestra el aumento de la tasa general de pobreza registrado entre 2014 y 2015 (del 22,5 % al 23,3 %), al que han contribuido estos factores. El devastador terremoto que asoló la costa ecuatoriana en abril de 2016 empeoró la situación.
Si no se revierte esta tendencia, muchas de las familias que habían logrado salir de la pobreza durante los años de prosperidad podrían volver a caer en ella, sobre todo en las zonas rurales, donde los niveles de pobreza siguen siendo muy elevados (38,2 % en 2016, el doble que en las zonas urbanas). Los indicadores sociales también muestran una desigualdad persistente en ambas zonas. Esta situación se explica por las elevadas tasas de desempleo y subempleo, los bajos salarios, el acceso limitado a activos productivos como la tierra, el agua, el crédito y la tecnología, y unos vínculos deficientes con el mercado.
El Gobierno tiene entre sus prioridades cambiar el modelo de desarrollo del país, modernizar los sectores productivos y reducir la dependencia de los bienes y servicios importados. Para alcanzar este objetivo, los pequeños productores rurales tendrán que incrementar su productividad, eficiencia y conectividad, lo cual requerirá fomentar el uso de tecnologías y ampliar el acceso a servicios rurales esenciales.
La estrategia
En el Ecuador, los préstamos del FIDA favorecen la diversificación de la economía rural al promover cooperativas e inversiones que generen empleo e ingresos para las familias rurales pobres.
Dada su experiencia global en la región, el FIDA contribuye de manera tangible a esos esfuerzos por medio de inversiones en las zonas rurales que aúnan innovación y acción.
Entre las principales actividades, cabe señalar las siguientes:
- mejorar el acceso a activos y recursos para apoyar la diversificación de la economía rural ecuatoriana, fomentando, entre otras cosas, emprendimientos asociativos e inversiones que generen empleo e ingresos para las familias rurales pobres del Ecuador, e
- incrementar las capacidades de los productores rurales pobres y los posibles emprendedores para que participen en la formulación de políticas productivas inclusivas y favorables a la población pobre y se beneficien de las mismas.
Datos del país
- El Ecuador es un país de ingresos medianos cuya economía depende en gran medida del petróleo y la agricultura de exportación.
- Casi un cuarto de la población del Ecuador vive en condiciones de pobreza, en su mayoría en zonas rurales.
- La tasa de pobreza rural (38,2 % en 2016) es casi el doble que la urbana. Esta diferencia se debe a las elevadas tasas de desempleo y subempleo existentes en el medio rural, los bajos salarios, el acceso limitado a activos productivos como la tierra, el agua, el crédito y la tecnología, y unos vínculos deficientes con el mercado.
- El FIDA financia programas y proyectos de desarrollo agrícola en Ecuador desde 1978.