Detrás de cámaras de “Un nuevo día”

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Detrás de cámaras de “Un nuevo día”

Tiempo estimado de lectura: 3 minutos
©FIDA/Chris McMorrow

Trabajar con las poblaciones rurales significa ir a algunos de los lugares más inaccesibles del mundo para prestar apoyo a las personas que viven en las zonas más remotas. Aquí en el FIDA, estamos acostumbrados a los caminos peligrosos, los viajes largos y las condiciones extremas.

Sin embargo, pocas veces hemos trabajado en circunstancias tan difíciles como las que encontramos en el rodaje de Un nuevo día, en Túnez. Era verano de 2022 y las temperaturas batían máximos históricos, ya que superaban los 35 °C. Las jornadas de rodaje solían empezar a las tres de la madrugada para poder trabajar antes de que se sobrecalentara el equipo y el calor se volviera insoportable.

En las zonas interiores, como Médenine y Siliana, donde según nos dijeron solo llueve una vez al año, el sol caía sobre la tierra todo el día y la volvía aún más árida. Es muy difícil creer que en estas condiciones tan sofocantes pueda crecer algo.

No obstante, los pequeños agricultores de la zona están haciendo casi lo imposible: alimentar a sus familias y sus comunidades.

Pese a encontrarse en primera línea frente el cambio climático, sus sistemas de defensa son asombrosamente simples.

Uno de los agricultores, que forma parte del Proyecto de cadenas de valor agropastorales, nos mostró una técnica antigua que aprendió de su padre, llamado Jessour, que consiste en colocar hileras de piedras cerca de una colina para recoger la poca agua de lluvia que hay y dirigirla hacia los olivos. Otro nos enseñó un sistema subterráneo de almacenamiento de agua que recoge el agua pluvial para dársela de beber al ganado.

“En el Sahara puedes ver que las temperaturas pueden llegar a ser extremas y que muchos de estos agricultores no ven llover”, explica Jonathan Pearson, el premiado director de la película. “Se trata de un problema actual, no estamos hablando de lo que sucederá en 10 o 15 años”.

Pese a las enormes dificultades, las poblaciones locales son optimistas y están decididas a encontrar soluciones hoy para asegurarse un futuro mejor.

La película, que reflexiona sobre la actitud de estos agricultores, empieza con una secuencia en la que se ve a varias personas en la oscuridad y, mientras se acelera el ritmo, comienzan a aparecer imágenes más exuberantes, verdes y luminosas. De fondo suena la canción Feeling Good, de Nina Simone, conocida por su positividad ante las adversidades y que refleja la energía y la calidez de las poblaciones locales.

Los pequeños agricultores están liderando el cambio, pero solo será posible lograr un futuro mejor y más resiliente si invertimos en ellos.

“Tengo la esperanza de que esta película dé a conocer las dificultades a las que se enfrentan los pequeños agricultores y la labor decisiva que el FIDA está llevando a cabo para ayudarlos”, declara Pearson. “Espero que permita hacer llegar los recursos donde se necesitan”.

Más información sobre el cortometraje "Un nuevo día".

Descubra por qué el FIDA insta a sus miembros a dar un paso adelante en favor de la población rural..