El planeta no está preparado para hacer frente al cambio climático

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El planeta no está preparado para hacer frente al cambio climático

Los tres llamamientos del FIDA en la COP 28

Tiempo estimado de lectura: 3 minutos
© FAO/Arete/Moustapha Negueye

Aún no conocemos los peores efectos del cambio climático. Sin embargo, para la población rural más pobre, la pesadilla del clima ya ha comenzado. Necesitan apoyo con urgencia para adaptarse a los cambios que está sufriendo el planeta. Por ello, el FIDA hace tres llamamientos a la adopción de medidas en la COP 28.

1. La adaptación debe ser la máxima prioridad.

Aparte de que resulta esencial para limitar el aumento de la temperatura mundial, hemos de ser conscientes de los efectos del cambio climático que ya nos afectan.

Para finales de siglo, a causa de él, los rendimientos de los cultivos pueden reducirse hasta en una cuarta parte. Como consecuencia de ello, aumentarán los precios de los alimentos, el hambre, la pobreza, los conflictos y la migración.

Los pequeños productores de los países en desarrollo, cuya vida y medios de subsistencia están en juego, serán los más afectados por el cambio climático. Por eso debemos acelerar las inversiones y cuidar por que se hagan a la escala necesaria, con el objetivo de que las poblaciones rurales puedan aumentar su resiliencia, adaptarse a las nuevas dificultades y seguir produciendo un tercio de los alimentos que se consumen en el mundo, incluso en circunstancias cambiantes.

2. Los pequeños productores deben recibir más financiación.

Los productores en pequeña escala desempeñan una función esencial en la alimentación de la población mundial. © IFAD/Jjumba Martin 

Si bien la adaptación resulta fundamental para el futuro de las personas que viven en el medio rural, la financiación en este ámbito es notoriamente insuficiente: los países en desarrollo acceden a menos de una décima parte de los fondos para la adaptación al clima que necesitan y los sistemas agroalimentarios en pequeña escala reciben menos del 1 % de la financiación para el clima.

Esta situación es inaceptable. Deberíamos dar prioridad a estos sistemas sumamente vulnerables, que son fundamentales para alimentar a la población mundial y para la economía de los países en desarrollo.

En el FIDA sabemos que la financiación para la adaptación da resultado.

Hay una solución. Lo que falta es financiación.

3. Lograr que el sistema de financiación para el clima sea adecuado.

El año 2023 va camino de ser el más caluroso desde que existen registros. ©IFAD/FAO/WFP/Michael

El sistema de financiación para el clima tiene fallas.

Para enfrentar los desafíos actuales, hace falta que las instituciones financieras internacionales (IFI) sean eficaces, dispongan de financiación suficiente y puedan conceder más donaciones y financiación en condiciones muy favorables a las personas que más lo necesitan en momentos en que esas inversiones pueden resultar decisivas.

Los países ricos deben devolver los beneficios que obtuvieron con la industrialización y asegurar que las IFI cuenten con la financiación que necesitan.

De este modo, estas instituciones podrán multiplicar su impacto. Por ejemplo, el FIDA con cada dólar que recibe consigue invertir seis dólares en las zonas rurales.

También podemos estimular la financiación privada creando un entorno propicio para la inversión en agricultura climáticamente inteligente, proyectos financiables, plataformas de inversión en gran escala e instrumentos financieros innovadores.

En el Sahel, la Iniciativa de Financiación Verde Inclusiva (IGREENFIN) está facilitando la implantación tanto de la Gran Muralla Verde como de mercados de financiación verde gracias a la colaboración con bancos nacionales para eliminar los obstáculos a la financiación y conceder crédito en condiciones favorables a las organizaciones de agricultores y las microempresas y pequeñas y medianas empresas.

El año 2023 va camino de ser el más caluroso desde que existen registros. Si no actuamos ahora, superaremos este récord repetidas veces a lo largo de nuestras vidas.

En la COP 28, el FIDA insta a los países y los líderes mundiales a tomar medidas y garantizar que la población rural de todo el mundo no se quede atrás. El costo de no tomar medidas es inconcebible.