La gente joven es la clave de la economía verde en África

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La gente joven es la clave de la economía verde en África

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©IFAD/David Abellegah

A la población joven de todo el mundo no le resulta fácil encontrar un trabajo digno, problema que se agudiza aún más en las zonas rurales de los países en desarrollo. De los 800 millones de jóvenes que viven en el medio rural, casi tres de cada cinco están en situación de subempleo o desempleo.

En África, tan solo se crean 3 millones de puestos de trabajo al año, a pesar de que la cifra de jóvenes que accede al mercado laboral anualmente asciende a 12 millones.

A su vez, el cambio climático, la degradación ambiental y el crecimiento demográfico ponen de relieve que producir suficientes alimentos nutritivos nunca había resultado tan complejo. La intervención del FIDA se produce en este contexto.

Transición ecológica

Teniendo en cuenta que uno de cada cuatro trabajadores de todo el mundo está empleado en el sector agrícola y que, según las estimaciones, para 2030 el valor de las agroempresas africanas ascenderá a 1 billón de dólares de los Estados Unidos, la transición ecológica apunta a un desarrollo sostenible que promueva la conservación de los recursos naturales y la creación de oportunidades para a gente joven.

A través del programa dirigido a los Centros Agroempresariales Integrados, el FIDA contribuye a la creación de oportunidades laborales para la gente joven a fin de que sigan en contacto con el medio rural y puedan ganarse la vida cultivando y vendiendo alimentos nutritivos y sostenibles.

Tomilayo Hamzat es una de las 5 500 personas que participan en el Proyecto de Centros Agrícolas en Nigeria. Imparte formación en la asociación empresarial Soilless Farm Lab, donde aprendió a cultivar hortalizas aplicando métodos hidropónicos.

“Cuando supe en qué consistía la agricultura hidropónica, pensé: no tiene nada que ver con lo que aprendí en la escuela ni con lo que me enseñaron”, dice Tomilayo. “Esta particular técnica agrícola es una de las cosas que me alentaron a seguir este camino”.

Además de capacitación, la gente joven también recibe las herramientas necesarias para establecer sus propias agroempresas, acceso a servicios financieros y orientación. A medida que los centros agrícolas vayan madurando, pasarán a ser una red de apoyo para las agroempresas dirigidas por jóvenes. 

Ampliar las oportunidades

Se está llevando a cabo una iniciativa similar de creación de oportunidades para la juventud centradas en la ecología en el Camerún, país limítrofe donde antes no existían este tipo de proyectos.

“Al terminar mis estudios superiores, mis amigos y yo empezamos a buscar trabajo, pero muchas empresas no contrataban a recién graduados”, cuenta Lionel Patrick Ateba.

Más tarde conoció la agroempresa Family Green Corp, que produce biofertilizantes y carbón ecológico como alternativa climáticamente inteligente a los fertilizantes químicos y los combustibles fósiles. Con la cofinanciación del BMZ y la Fundación Visa, ahora Family Green Corp gestiona un centro de agroempresas que se propone formar a 75 jóvenes todos los años.

La iniciativa y el compromiso del personal más joven han permitido que Family Green Corp prospere, ha facilitado el acceso de los consumidores a alimentos cultivados con fertilizantes inocuos, y el uso de carbón ecológico ayuda a reducir la deforestación.

Dado que el mundo se enfrenta a otro año de desastres climáticos, la necesidad de realizar importantes inversiones que resulten eficaces en favor de una transición ecológica que beneficie a todos resulta más evidente que nunca.

Los centros agrícolas son un ejemplo de las soluciones a las que podemos llegar para abordar diversos problemas a los que, en principio, parecería que no se les puede dar una única respuesta. Invertir en la población joven con miras a desarrollar economías rurales prósperas también puede generar empleos verdes, alimentar a las comunidades y sentar las bases de un mercado laboral sostenible.