Más comida con cada gota

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Más comida con cada gota

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos
© FAO/IFAD/WFP/Eduardo Sotera

Sin agua, no hay alimentos. 

Sin embargo, la producción de alimentos ejerce, al mismo tiempo, una presión enorme sobre las fuentes de agua. De hecho, casi toda el agua extraída —tanto a nivel de la superficie como de las capas freáticas— se destina a la agricultura.  

En vista de que numerosas partes del mundo cada vez se están viendo más afectadas por la escasez de recursos hídricos, resulta esencial que los usemos con prudencia. 

Por suerte, los pequeños productores están dispuestos a afrontar este desafío.  

Sistemas de riego innovadores 

Un grupo de agricultores de Jordania utiliza el riego por goteo, uno de los sistemas de cultivo más eficientes. © IFAD/Arthur Tainturier

Tres de cada cuatro explotaciones agrícolas en pequeña escala de los países de ingreso bajo y mediano se encuentran en regiones con escasez de agua, y menos de una tercera parte tiene acceso a sistemas de riego. 

El FIDA ayuda a los pequeños agricultores a producir más cosechas por el volumen de agua utilizado, mediante una mejor gestión de la tierra, prácticas agronómicas y control del agua. 

Por ejemplo, los sistemas de riego por goteo suministran la cantidad justa de agua en el momento adecuado, lo que ayuda a reducir el desperdicio. Las técnicas de la agricultura de conservación, como la rotación de cultivos o la labranza cero, nutren el suelo para que retenga el agua. 

En Jordania, Nour Omar Muhammad Banat comenzó a utilizar en su viñedo un innovador sistema de riego por goteo alimentado con energía solar. Dado el éxito de sus cultivos, ahora tiene previsto plantar también olivos e higueras.  

Para instalar y mantener sistemas de riego por goteo, hace falta disponer de los materiales adecuados. Por eso, el FIDA está creando cadenas locales de suministro de equipos de riego a precios asequibles en Madagascar, la India y Ghana para que los productores puedan cultivar verduras incluso en las temporadas secas.  

En el Egipto, el Proyecto de Fomento del Riego en Explotaciones de las Tierras Viejas sustituyó los canales de riego tradicionales que discurrían por la tierra por tuberías subterráneas, lo que permitió una distribución más equitativa del agua y un aumento notable en el rendimiento de los cultivos.  

Ni una gota desperdiciada 

El agua puede reutilizarse para producir compost o más alimentos. © FAO/Luis Tato

El FIDA no solo ayuda a los agricultores a reducir la cantidad de agua empleada, sino que también les enseña a reutilizarla.  

Una vez tratadas, las aguas residuales pueden mitigar la escasez de agua , como ha demostrado el FIDA en el Brasil y Jordania.  

Las aguas residuales también pueden utilizarse para producir biogás y compost, así como más alimentos, a través, por ejemplo, de la piscicultura en los arrozales inundados, creando una economía circular del agua. 

Selección de los cultivos adecuados  

A medida que el clima va cambiando, también lo hacen las condiciones de cultivo. El aumento de las temperaturas y la degradación ambiental hacen que muchos agricultores no puedan dar por sentado que sus cultivos recibirán la cantidad de agua apropiada en el momento adecuado. Esta situación puede ser catastrófica para sus medios de vida.  

Una posible solución radica en diversificar los cultivos. El FIDA ayuda a los agricultores a cultivar alimentos primitivos más adaptables, como el sorgo, el mijo y la digitaria. En Nepal, una serie de investigaciones financiadas por el FIDA demostraron que las nuevas variedades de arroz tolerantes a la sequía podían aumentar el rendimiento en un 30 % en comparación con las variedades tradicionales. 

Algunas comunidades están volviendo a los orígenes. En la región semiárida de Caatinga, en el Brasil, la sequía y la degradación del suelo están dañando los cultivos. Con el apoyo del FIDA, un grupo de guardianas de semillas indígenas recolectan y replantar semillas locales para almacenar su riqueza genética para las generaciones futuras e identificar variedades más resistentes al cambio climático. 

Mayor durabilidad de los alimentos

Una mujer de Filipinas coloca piezas de pescado para secarlas al sol. En segundo plano se encuentra la secadora solar que utiliza en días lluviosos o nublados.
©IFAD/Enrique Espejo Jr.

Resulta alarmante que el 14 % de los alimentos nunca lleguen a los consumidores. Cada gramo que se echa a perder antes de su consumo supone una pérdida de ingresos para los pequeños productores, así como el desperdicio de los valiosos recursos hídricos utilizados en su producción. La mejora de la conectividad, el almacenamiento y el procesamiento de los alimentos podría ayudar a evitarlo. 

Hasta las soluciones más sencillas pueden marcar la diferencia. En Timor-Leste, los agricultores comenzaron a almacenar el maíz que cosechaban en una serie de depósitos estancos que les facilitó el FIDA, y la pérdida de alimentos cayó estrepitosamente. 

En Camboya, el proyecto relativo a la ampliación de escala de tecnologías de energía renovable en Camboya (S-RET) instaló secadoras solares con las que los productores pueden conservar de manera higiénica los alimentos cuya producción requiere una gran cantidad de agua, como el pescado y la carne.  

El buen estado de las carreteras permite que los alimentos lleguen a los mercados y a los consumidores antes de echarse a perder. Cuando el diseño adecuado de las carreteras se ajusta a las necesidades locales, también puede ayudar a conservar los recursos hídricos. 

A medida que los recursos hídricos van disminuyendo en todo el mundo, los pequeños productores están innovando y aprovechando diversos métodos, tanto antiguos como nuevos, para producir los alimentos variados y nutritivos que necesitamos para prosperar.  

Garantizar que dispongan de los conocimientos especializados y los recursos necesarios es la mejor manera de conservar el agua para el futuro y, al mismo tiempo, evitar la inseguridad alimentaria en el presente.